En este artículo veremos en qué consiste el ciclo de explotación de una empresa comercial, qué fases lo integran y qué medidas pueden adoptarse para optimizarlo.
Como ahora veremos, este ciclo difiere notablemente del que nos encontramos en empresas no comerciales, que desarrollan procesos de fabricación de sus propios productos.
Sigue leyendo para conocer todos los detalles.
El ciclo de explotación de una empresa (comercial o no) es el período de tiempo que transcurre desde que se invierten recursos en la compra de mercancías o materias primas hasta que se recibe el cobro por la venta de los productos o servicios.
Por tanto, incluye todas las actividades necesarias para generar ingresos y es fundamental para evaluar la eficiencia operativa de la compañía.
El ciclo de explotación también se conoce como «ciclo operativo» o «Período Medio de Maduración» (PMM), siendo un ratio financiero de gran importancia en estas compañías.
De hecho, en términos financieros, el ciclo de explotación mide la capacidad de una empresa para convertir sus activos en efectivo. En términos generales, lo ideal es que la duración del ciclo de explotación sea corta, de modo que se optimice el flujo de dinero para poder reinvertir en el negocio o financiar una posible expansión.
Básicamente, una empresa comercial es una compañía dedicada a la compra y venta de bienes o servicios con el objetivo principal de obtener beneficios económicos.
Por tanto, no son empresas que realicen procesos de fabricación o transformación de materias primas, sino que actúan como intermediarias entre los productores y los consumidores.
Las empresas comerciales pueden enfocarse tanto en el ámbito minorista como mayorista, dependiendo de si venden o no al consumidor final.
Por supuesto, por definición, el ciclo de explotación va a ser mucho más corto en una empresa comercial que en otra que tiene que transformar materias primas para fabricar sus propios productos.
Las principales etapas que vamos a encontrar en el ciclo de explotación de una empresa comercial son las siguientes:
Como decíamos, las empresas comerciales no transforman materias primas, sino que adquieren directamente las mercancías para distribuirlas a otras empresas o al consumidor final.
Por tanto, si prescindimos de la etapa de financiación inicial, el ciclo de explotación comienza con la adquisición de los productos que posteriormente van a ser vendidos a los clientes.
Como es lógico, esta etapa implica desembolsos de efectivo, siendo muy relevante la negociación de plazos y condiciones de pago favorables, así como la adecuada gestión del volumen de compras para evitar un exceso de inventario.
Efectivamente, la correcta gestión del inventario de productos es de vital importancia dentro del ciclo de explotación de las empresas comerciales.
Se trata de evitar la acumulación de activos improductivos y el eventual deterioro o caducidad de los productos (en el caso de mercancías perecederas). Además, debe contarse con un stock suficiente como para atender a las demandas de los clientes, adaptándose a posibles cambios en las circunstancias.
Prácticamente todas las empresas comerciales utilizan alguna herramienta informática específica para optimizar la gestión de sus almacenes.
La tercera fase dentro del ciclo de explotación de cualquier empresa comercial es la venta de la mercancía a sus clientes, ya sean consumidores finales u otras empresas.
Este es el punto de inflexión que marcará la conversión del producto en dinero, aunque esto no se tiene por qué producir de forma inmediata.
Así, dependiendo del modelo de negocio, las ventas pueden ser al contado o a crédito, lo que afecta directamente a la duración del ciclo de explotación.
Finalmente, el ciclo de explotación comercial concluye con la efectividad del cobro por las ventas realizadas.
El plazo de cobro depende de factores como el sector en el que se encuadre la empresa y las prácticas comerciales habituales, las políticas internas de la compañía, etc.
Lógicamente, lo ideal para acortar la duración del ciclo comercial es que se prioricen las ventas al contado, lo que también va a reducir las cifras de morosidad.
El dinero obtenido con las ventas se reincorporará al ciclo de explotación, pudiendo utilizarse para la compra de nuevas mercancías y así volver a iniciar el proceso.
De la correcta gestión del ciclo de explotación depende directamente la eficiencia de la empresa y, en último término, su rentabilidad, crecimiento y supervivencia futura.
En este sentido, se ven afectados los siguientes aspectos:
Básicamente, el ciclo de explotación o Período Medio de Maduración (PMM) se calcula sumando la duración de cada una de las fases que lo integran:
PMM = Período Medio de Inventarios o Aprovisionamiento + Período Medio de Venta + Período Medio de Cobro
Cuanto menor sea la duración del Período Medio de Maduración, mayor número de rotaciones (o repeticiones del ciclo de explotación) y, por tanto, mayor eficiencia en la gestión de los recursos.
Para mejorar la eficiencia del ciclo de explotación en empresas comerciales, se pueden adoptar distintos tipos de medidas en las diferentes etapas del proceso. Estas son algunas de las principales opciones de mejora:
En este punto es importante analizar periódicamente el proceso de rotación de mercancías, para adoptar acciones correctivas en cuestiones como las siguientes:
En esta fase, podrían plantearse algunas de estas medidas:
En este sentido, podría tratar de negociarse una ampliación de los plazos de pago para mejorar el flujo de caja.
Además, también se podrían plantear medidas de flexibilización para afrontar situaciones imprevistas que puedan perjudicar la eficiencia del ciclo de explotación.
En definitiva, cuanto más eficiente sea el ciclo de explotación de una empresa comercial, mayor podrá ser su rentabilidad, la escalabilidad del negocio y las probabilidades de supervivencia de la compañía a largo plazo.
Sin duda, cualquier mejora que se logre implementar en este sentido, puede tener un gran impacto para el futuro de la empresa.
Rubén Vizcaíno Pena
28 Ene. 2025
8 min
Curso Finanzas
Finanzas
¿Qué es devengar?
En este artículo veremos exactamente qué es devengar, en qué ámbitos se aplica este concepto y por qué tiene tanta relevancia en la práctica empresarial, contable, jurídica y tributaria.
Sigue leyendo para conocer todos los detalles.
El diccionario de la RAE nos dice que devengar es «adquirir derecho a alguna percepción o retribución por razón de trabajo, servicio u otro título».
En términos más generales, puede referirse tanto al derecho a recibir un beneficio económico como a la obligación de realizar un pago, que surge como consecuencia de un hecho económico o jurídico.
De este modo, el devengo se produce cuando ocurre el hecho que lo origina, independientemente de que el dinero se reciba o se pague en ese instante o en un momento distinto.
Veámoslo con un ejemplo sencillo:
Imagina que pones en alquiler un inmueble de tu propiedad, a cambio de recibir una renta definida en el contrato.
Pues bien, la práctica habitual es que cada mes se devengue el ingreso por alquiler, incluso si el inquilino se retrasase en el pago o dejase de pagar de forma indefinida.
Es decir, cada mes surge tu derecho a percibir el importe de la renta, al mismo tiempo que para el inquilino se devenga la obligación de pagar. Todo ello con independencia de cuando se haga efectivo el flujo de dinero.
El término «devengar» es ampliamente utilizado en contabilidad, ya que tiene implicaciones prácticas y legales muy importantes.
Así, en España, esta cuestión se regula en el Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad, siendo este uno de los principios contables más relevantes:
«Los efectos de las transacciones o hechos económicos se registrarán cuando ocurran, imputándose al ejercicio al que las cuentas anuales se refieran, los gastos y los ingresos que afecten al mismo, con independencia de la fecha de su pago o de su cobro».
De este modo, el principio de devengo contrasta con el criterio de caja, que supondría registrar las operaciones cuando se produzca el movimiento de efectivo.
Así, por ejemplo, si una empresa vende un producto en diciembre, pero recibe el pago en enero, el ingreso se registra contablemente en diciembre, según el principio de devengo, ya que fue en ese momento cuando se realizó la venta.
Lo mismo sucede en el caso de los gastos.
En la práctica, el concepto de «devengar» se aplica en distintas cuestiones relacionadas con los ámbitos financiero, contable y jurídico.
Estos son algunos de los casos más habituales:
Cuando hablamos de inversiones, el concepto de devengo se utiliza para describir el proceso por el cual se generan intereses, dividendos u otros rendimientos.
Así, por ejemplo, en un depósito a plazo fijo, el capital invertido va devengando intereses durante el periodo acordado, aunque el pago de dichos intereses se realice al vencimiento.
En el caso de las acciones que reparten dividendos, tenemos el concepto de «fecha ex-dividendo», que es la fecha a partir de la cual los compradores de la acción ya no tendrían derecho a percibir el dividendo.
Como decíamos, las obligaciones también se devengan en el momento en que se generan, aunque el pago se realice posteriormente.
De este modo, un empleado devenga su salario con periodicidad mensual, incluso aunque la empresa se retrasase en el pago de la nómina o entrase en situación de insolvencia.
Sin duda, aparte del ámbito contable, el otro gran contexto en el que el concepto de devengo es fundamental es el tributario.
Así, en el sistema español, por ejemplo, tenemos que:
En los contratos, el devengo de derechos u obligaciones suele estar ligado a condiciones o eventos especificados expresamente en dicho acuerdo.
Así, por ejemplo, un trabajador puede devengar vacaciones o indemnizaciones según se establezca en las condiciones de su contrato.
Como veíamos, el criterio de devengo prevalece habitualmente sobre el de caja en nuestro sistema contable (Plan General de Contabilidad). Sin embargo, esto no quiere decir que no tenga también ciertas desventajas respecto de este.
Veamos ambas perspectivas:
Frente al criterio de caja, el principio de devengo ofrece las siguientes ventajas:
Como aspectos negativos de utilizar el criterio de devengo, podemos destacar los siguientes:
En definitiva, tener un conocimiento preciso de lo que es devengar y de cómo se aplica el criterio de devengo en la práctica contable e impositiva, es imprescindible para cualquier persona que trabaje en estos sectores.
Además, pese a las desventajas que pueda tener respecto del criterio de caja, sigue siendo la mejor forma de reflejar la imagen fiel de la operativa económica de una empresa.
Rubén Vizcaíno Pena
14 Ene. 2025
7 min
Curso Finanzas
Finanzas
¿Qué se considera salud financiera?
A menudo se habla de salud financiera de una forma superficial o incompleta, sin tener en cuenta todas las aristas que incluye este concepto.
Por ello, en este artículo veremos qué es exactamente la salud financiera, cuáles son sus principales indicadores y sus mayores enemigos, así como algunos consejos clave para mejorarla de forma sencilla.
Sigue leyendo para conocer todos los detalles.
Podemos decir que la salud financiera es aquella situación en la que una persona o familia cuenta con los recursos y herramientas necesarios para cubrir sus necesidades básicas, gestionar deudas, ahorrar para el futuro y afrontar eventuales imprevistos económicos.
Aunque el concepto de «salud financiera» también se puede aplicar al ámbito empresarial, lo más habitual es que se utilice para hablar de la economía personal o del hogar.
Por tanto, es este el enfoque en el que nos centraremos en este artículo.
A un nivel personal y familiar, tener buena salud financiera garantiza la tranquilidad económica, al tiempo que influye en la calidad de vida y, en última instancia, en el bienestar general y emocional de las personas.
De una forma más concreta, la salud financiera se manifiesta en aspectos como la suficiencia de ingresos para afrontar gastos recurrentes o gastos inesperados, la estabilidad y previsibilidad de los flujos de dinero, una adecuada capacidad de ahorro e inversión, un buen control de deuda, la capacidad de planificación a futuro, etc.
En este sentido, el concepto de «salud financiera» es más amplio que el de «estabilidad financiera», ya que no solo se centra en la suficiencia de ingresos para cubrir gastos.
Algunos de los principales indicadores que podemos utilizar para evaluar la salud financiera de una persona o familia son los siguientes:
Contar con ingresos suficientes y estables suele ser uno de los principales síntomas de buena salud financiera. Habitualmente, esto va asociado con cierta estabilidad laboral, aunque no es imprescindible.
Lógicamente, el concepto de «suficiencia» es relativo, ya que depende de la situación de cada persona en lo que se refiere al coste de vida en su lugar de residencia, el nivel de gastos que considere necesario o «confortable», la estructura familiar, etc.
En todo caso, los ingresos considerados suficientes no solo deben cubrir necesidades básicas, sino también posibles imprevistos y, en todo caso, el ahorro, como ahora veremos.
Contar con una cierta capacidad de ahorro es otro importante indicador de salud financiera.
Además, en vez de destinar al ahorro el sobrante a final de mes, es mucho más «saludable» separar una parte de los ingresos en cuanto se reciban.
Como suele decirse, «págate a ti mismo primero».
Es de vital importancia disponer de un fondo de emergencia con el que se puedan cubrir entre 3 y 12 meses de gastos.
Sin duda, este debería ser el primer destino del ahorro, antes de pensar en invertir o en afrontar otro tipo de proyectos. De este modo, se puede tener un «colchón» con el que cubrir eventualidades como la pérdida del empleo, gastos extraordinarios (por ejemplo, un problema de salud o una reparación importante), etc.
Una vez que hayas acumulado este fondo para imprevistos (en una cuenta remunerada u otro producto de gran liquidez), ya podrás pensar en invertir.
Para una buena salud financiera, es fundamental realizar una adecuada gestión de las deudas. En este sentido, la deuda debería ser sostenible, manteniéndose siempre en niveles razonables.
Con carácter general, el ratio de endeudamiento (proporción de los ingresos destinados a pagar deudas) no debería superar el 30 – 35%.
Una vez constituido el fondo de emergencia, y si la deuda se encuentra en niveles razonables, es muy recomendable empezar a invertir.
De este modo, se combaten los efectos de la inflación y puede incrementarse el patrimonio de cara al futuro.
Tener la opción de solicitar un crédito o préstamo puede ser también un síntoma de buena salud financiera, ya que suele ser indicativo de tener la suficiente solvencia como para devolverlo.
Finalmente, contar con una adecuada cobertura de riesgos mediante seguros, también contribuye a la salud financiera.
De este modo, se dispone de un respaldo para afrontar eventualidades que, de otro modo, podrían suponer la ruina económica.
Cuando una persona quiere mejorar su salud financiera, existen distintos ámbitos en los que puede actuar. Estos son los más importantes:
Si no se conoce el punto de partida, difícilmente se podrá mejorar. Como dijo Lord Kelvin: «Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre».
Por tanto, es recomendable dedicar un tiempo a:
A partir de este trabajo de evaluación, ya se podrá empezar a incorporar algunas medidas de mejora.
Sin duda, elaborar un presupuesto de ingresos y gastos puede ayudar enormemente a mejorar la salud financiera de una persona o familia.
Básicamente, se trata de consignar todos los gastos e ingresos (fijos o variables), distribuyendo los recursos de la forma más eficiente posible.
Además, el presupuesto va a ser la base imprescindible para poder hacer una planificación financiera a medio y largo plazo, con objetivos de ahorro e inversión.
Aunque hay muchas formas de abordar esta cuestión, es bastante conocido el método 50/30/20, que distribuye los ingresos netos mensuales en tres categorías:
No obstante, si tus ingresos te lo permiten y tienes objetivos más ambiciosos, lo ideal es que incrementes poco a poco ese 20% destinado a ahorro e inversión.
En casi cualquier presupuesto hay un cierto margen para recortar gastos superfluos, innecesarios o ineficientes.
A muchos de estos, se los conoce como «gastos hormiga», ya que son relativamente bajos de forma individual, pero acaban teniendo un gran impacto al acumularse a lo largo del tiempo.
Un ejemplo típico son las suscripciones a servicios que casi no utilices o donde existan alternativas más baratas (TV y streaming, apps, cuotas de gimnasio, servicios de telefonía e internet, seguros, etc.).
En cualquier caso, la reducción de gastos siempre tiene un límite del que es casi imposible bajar. De ahí que también sea muy recomendable explorar las posibilidades de incrementar ingresos. Por ejemplo, negociando un aumento de sueldo, planteándose un cambio de sector profesional, iniciando un nuevo negocio, etc.
El endeudamiento no es necesariamente malo, siempre que se destine a la compra de activos, a necesidades básicas como la vivienda o a cualquier otro proyecto productivo.
En cualquier caso, debe mantenerse en niveles razonables, procurando que las condiciones (principalmente, el tipo de interés) sean lo más favorables posible.
Por tanto, debería limitarse estrictamente el endeudamiento para el consumo o el ocio, las deudas de tarjetas de crédito, etc.
Como decíamos, es imprescindible priorizar el ahorro antes que cualquier gasto superfluo, para constituir un fondo de emergencia suficiente.
A partir de ahí, deberías empezar a invertir en productos adecuados a tu perfil de riesgo.
Finalmente, invertir en educación financiera es también una buena medida para aprender a mejorar nuestra salud financiera a medio y largo plazo.
En definitiva, cuidar la salud financiera debería ser una de nuestras prioridades fundamentales para poder disfrutar de una situación económica desahogada, sin que el dinero sea una fuente continua de estrés o preocupaciones.
Rubén Vizcaíno Pena
9 Ene. 2025
8 min
Bolsa
Curso Finanzas
Finanzas
Banco Grameen: ¿qué es?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
16 Dic. 2024
7 min
Curso Finanzas
Finanzas
¿Qué es un depósito a plazo?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
9 Dic. 2024
7 min
Curso Finanzas
¿En qué consiste una amortización? Tipos
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
6 Nov. 2024
7 min
Curso Finanzas
Educación financiera: ¿qué es?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
9 Oct. 2024
7 min
Curso Finanzas
¿Cuáles son los mejores libros sobre opciones financieras?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
21 Ago. 2024
7 min
Curso Finanzas
¿Qué son los derivados financieros?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
7 Ago. 2024
7 min
Curso Finanzas
¿Cómo elegir bróker de opciones financieras?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
7 Ago. 2024
7 min
Curso Finanzas
¿Qué tipos de finanzas existen?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
22 Abr. 2024
7 min
Curso Finanzas
¿Cuáles son los mejores libros de finanzas para no financieros?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
4 Ene. 2024
7 min
Curso Finanzas
¿Qué son las finanzas para no financieros?
El Banco Grameen es una institución financiera bastante desconocida en nuestro ámbito, a pesar de tener una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, incluyendo el Nobel.
En este artículo veremos cuál es el origen de este banco, qué tipos de productos ofrece y por qué se ha convertido en un referente dentro del sector del desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
Finalmente, también haremos referencia a algunas de las críticas y desafíos que ha tenido que afrontar a lo largo de los años.
El Banco Grameen es una institución financiera especializada en microcréditos, que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de las comunidades más pobres, especialmente en áreas rurales.
De hecho, la palabra «grameen» se deriva de un término sánscrito que significa «pueblo», «aldea» o «rural».
Una de sus características más distintivas de esta entidad financiera es que no exige garantías o avales a los prestatarios, como luego veremos. Sin duda, es una característica insólita en este sector.
El Banco Grameen comenzó a operar en Bangladés en el año 1983, impulsado por el economista local Muhammad Yunus.
Previamente a esta fecha, Yunus había desarrollado un proyecto de investigación en los años 70, en el que abordaba la problemática del acceso al crédito entre la población sin recursos en el medio rural.
A través de pruebas de campo y experimentos en los que prestaba pequeñas cuantías a personas pobres de la comunidad, comprobó que era una iniciativa con mucho potencial para impulsar el desarrollo de dichas comunidades.
De este modo, y con el apoyo de otros banqueros extranjeros, el Banco Grameen empezó a operar en octubre de 1983 en Bangladés.
Como suele decirse, el resto ya es historia.
La razón de ser del Banco Grameen, como decíamos, es prestar dinero a quienes no tendrían acceso al crédito en otro tipo de entidades más convencionales, y que, además, no cuentan ni con los mínimos conocimientos financieros básicos.
Con ello se busca financiar pequeñas iniciativas de negocio que surjan en el seno de las comunidades rurales, especialmente en el caso de las mujeres (que representan más del 90% de los prestatarios de este banco).
De este modo, pueden explotar sus habilidades y conocimientos para generar ingresos.
Además, las mujeres suelen reinvertir la mayor parte de los beneficios en ampliar el negocio y, al mismo tiempo, en mejorar la educación, salud y bienestar de su familia. En consecuencia, esto genera un efecto multiplicador que contribuye a la mejora global de estas comunidades rurales.
Esta especie de «círculo virtuoso» se va retroalimentando de forma continua, expandiendo sus efectos positivos cada vez a zonas más amplias.
Sin duda, otro de los rasgos distintivos del Banco Grameen, que lo diferencia de la banca convencional, es que no exige avales o garantías para acceder a los créditos.
En el fondo, esto es algo lógico y coherente con los objetivos declarados por su fundador.
De este modo, si se trata de permitir el acceso al crédito a la población rural más desfavorecida, difícilmente podrán exigírseles garantías de una forma convencional.
En su lugar, el Banco Grameen utiliza un sistema de grupos solidarios, que funcionan del modo siguiente:
Cada prestatario se integra de un grupo de cinco personas que también han recibido un crédito, y que se apoyan mutuamente en el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque los préstamos son individuales (al igual que la responsabilidad de su devolución), la dinámica de grupo genera una presión social positiva para que todos cumplan con sus pagos.
A través de este mecanismo, el banco consigue tener un bajo nivel de morosidad o de fallidos, a pesar de no contar con avales que pueda ejecutar en caso de impago.
Como principales éxitos y reconocimientos del Banco Grameen, suelen destacarse los siguientes:
Sin embargo, a pesar de sus grandes logros, también han surgido algunas voces críticas con la labor de esta entidad financiera y, en cierta medida, con el propio sistema de microcréditos en su conjunto.
Efectivamente, el trabajo desarrollado por Muhammad Yunus con el Banco Grameen también ha recibido algunas críticas. Las más importantes son las siguientes:
Al mismo tiempo, la entidad se enfrenta a los nuevos desafíos de la banca en el siglo XXI, con un pujante sector fintech que podría amenazar su posición dominante en el ámbito de los microcréditos.
En definitiva, el Banco Grameen es una de las iniciativas más interesantes que han surgido en las últimas décadas en lo que se refiere a banca ética o de desarrollo.
Y es que, con sus luces y sus sombras, ha posibilitado el crecimiento económico de zonas muy desfavorecidas, ofreciendo una salida a quienes no tenían otras opciones para poner en marcha pequeños negocios.
Sin duda, el proyecto de aquel joven Muhammad Yunus ha resultado ser todo un éxito.
Rubén Vizcaíno Pena
3 Ene. 2024
7 min
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