Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
9 Oct. 2024
8 min
Curso Finanzas
En este artículo veremos qué es la educación financiera, por qué es tan importante tener unos conocimientos básicos de finanzas y cuáles son las áreas más importantes para cualquier persona no especializada.
Además, analizaremos los principales beneficios de tener una cierta cultura financiera y veremos cuál es la mejor forma de adquirirla.
Sin duda, el curso de finanzas para no financieros de VIBE puede ser una magnífica opción en este sentido.
En una definición muy básica, podemos decir que la educación financiera es el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten a una persona tomar decisiones adecuadas en relación con sus finanzas personales.
Por tanto, nos referimos a la comprensión de conceptos económico-financieros fundamentales, no solo en el plano teórico, sino también en la práctica del día a día.
Así, como luego veremos, es imprescindible entender cómo funciona el ahorro y la inversión, en qué consiste el crédito, cómo manejar las deudas, etc.
Como puedes imaginar, se trata de cuestiones de enorme relevancia.
Efectivamente, tener la suficiente educación financiera puede evitar que cometas errores básicos en la gestión de tu patrimonio y ayudarte a rentabilizar tus ahorros sin incurrir en riesgos excesivos.
En este sentido, algunos de sus beneficios más evidentes son estos:
Como puedes ver, son ventajas realmente importantes, a las que puedes acceder si, al menos, cuentas con una educación financiera básica.
Para adquirir una educación financiera suficiente para el día a día, dispones de muchos recursos a tu alcance. Por ejemplo:
Por tanto, cada vez hay más recursos educativos disponibles para quien quiera aprender finanzas partiendo de cero. Pero ¿qué contenidos debería tener un buen programa de educación financiera?
Los exploramos a continuación.
Aunque cada programa puede ser distinto, un buen aprendizaje de educación financiera debería abarcar, al menos, los siguientes aspectos clave:
Como sabes, ahorrar es reservar una parte de los ingresos para utilizarlos en un momento futuro.
Pueden dedicarse a objetivos específicos y predeterminados (compra de vivienda, educación de los hijos, etc.), o bien para una finalidad más amplia (complementar la jubilación, ganar independencia financiera, etc.).
En cualquier caso, es una red de seguridad que puede ayudarte a afrontar cualquier imprevisto.
De ahí que sea tan recomendable contar con un fondo de emergencia que, eventualmente, te permita hacer frente a entre 6 y 12 meses de gastos, en caso de perder tu fuente de ingresos.
Para conseguir tus objetivos de ahorro, lo ideal es automatizar este proceso, programando una transferencia que, a principios de cada mes, traspase el importe que decidas a otra cuenta bancaria distinta. Esto es a lo que muchos se refieren como el principio de «pagarse a uno mismo primero».
Aunque el ahorro es imprescindible, si te limitas a guardar ese dinero en una cuenta corriente, poco a poco verá mermado su poder adquisitivo por efecto de la inflación.
Sin embargo, si destinas parte de ese ahorro a adquirir activos de inversión (acciones, bonos, inmuebles, etc.), podrás obtener una rentabilidad que se irá acumulando con el paso del tiempo, haciendo crecer tu capital de forma muy importante.
Lógicamente, invertir conlleva riesgos, tanto más altos cuanto mayor sea el potencial de rentabilidad.
De ahí que sea absolutamente imprescindible diversificar en distintos tipos de activos, productos, mercados, países y divisas. Es lo que, coloquialmente, se conoce como «no poner todos los huevos en la misma cesta».
Presupuestar implica hacer una previsión de ingresos y gastos. Esto se puede aplicar tanto a una empresa, como a una Administración Pública o a personas físicas.
Contar con un sencillo presupuesto personal o familiar puede ayudarte a planificar mejor tus finanzas, evitar sustos y ser más eficiente en la gestión del dinero.
De hecho, a menudo, el mayor problema es no saber con exactitud cuánto gastamos en nuestra vida diaria.
Los préstamos y créditos son instrumentos financieros que pueden ser muy útiles para distintas situaciones. Por ejemplo, para la adquisición de una casa, para poner en marcha un negocio, etc.
Sin embargo, el sobreendeudamiento y el mal uso de préstamos personales o tarjetas de crédito es tan frecuente como peligroso para las finanzas personales o familiares.
Ante un panorama donde el sistema de pensiones públicas se enfrenta a desafíos de difícil resolución, contar con un plan alternativo de jubilación puede ser clave para no comprometer nuestro bienestar futuro.
Por tanto, dentro de la educación financiera, es también imprescindible conocer cómo funcionan los planes de pensiones, qué ventajas fiscales ofrecen y cuál es la mejor alternativa, dentro de las muchas disponibles en el mercado.
Diversos estudios de la OCDE y otras instituciones nacionales e internacionales han comprobado que el nivel de educación financiera de la ciudadanía no está al nivel deseable en la mayoría de países.
Aunque las posibles causas son muchas, podemos destacar algunos de los retos de futuro que se deberían afrontar lo más pronto posible:
En España, la educación financiera es prácticamente inexistente durante toda la etapa educativa obligatoria e, incluso, posteriormente.
Sin duda, resolver esta cuestión no es algo fácil, ya que no resulta sencillo encajar una nueva asignatura en el currículo, dotar a los centros de personal docente con los conocimientos adecuados, etc.
En muchas capas de la sociedad española, parece existir un cierto desinterés o desidia acerca de temas financieros.
De este modo, muchas personas prefieren «no complicarse la vida», dando poca importancia a la gestión de sus finanzas o delegándola en profesionales (si pueden permitírselo).
En este sentido, podemos comprender cómo siguen teniendo éxito ciertos productos financieros de escasa calidad o cómo se repiten cíclicamente algunos fraudes recurrentes en el sector.
No obstante, también se puede apreciar un renovado interés por estas cuestiones en personas cada vez más jóvenes, lo que es bastante prometedor.
La utilización de un lenguaje críptico, los intereses comerciales y la creación de nuevos productos financieros cada vez más complejos, hacen que muchas personas no puedan entender plenamente el funcionamiento de dichos productos.
En muchos casos, la dedicación de tiempo y esfuerzo que requerirían, no están al alcance del ciudadano medio.
La irrupción de los activos digitales y las finanzas descentralizadas (de-fi) han añadido una capa de complejidad adicional.
En definitiva, la educación financiera es un aspecto clave para garantizar el bienestar individual y un desarrollo saludable como sociedad.
Aunque los desafíos son difíciles de afrontar, vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo a mejorar nuestra formación en esta área, ya que los beneficios potenciales pueden resultar transformadores.
Afortunadamente, cada vez disponemos de más y mejores medios para aprender finanzas desde cero de forma sencilla y asequible.
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(S. f.). Cnmv.es. Recuperado 9 de octubre de 2024, de https://www.cnmv.es/DocPortal/Publicaciones/Guias/Guia_marco_competencias_basicas.pdf
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