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¿Qué es una ventaja competitiva?

Sin lugar a dudas, el concepto de ventaja competitiva es clave para comprender por qué unas empresas consiguen mejores resultados que otras y logran que sus productos o servicios triunfen en el mercado.

En este artículo veremos qué es una ventaja competitiva, qué tipos existen y cómo pueden ayudarnos a elegir mejores inversiones para nuestra cartera.

Ventaja competitiva: definición

El concepto de ventaja competitiva se atribuye a Michael Porter, célebre economista, escritor y profesor de la Universidad de Harvard.

De este modo, podemos definir la ventaja competitiva como un atributo, característica o conjunto de recursos que permite a una empresa obtener un rendimiento superior al de sus competidores en un mercado determinado.

Por tanto, se trata de una cuestión clave para el éxito empresarial y, desde el punto de vista de los inversores, es un indicador muy relevante para detectar buenas oportunidades en los mercados e incorporarlas a la cartera.

Así, un típico ejemplo de ventaja competitiva podrías ser una patente tecnológica que disfruta en exclusiva la empresa que la desarrolló. Esto le puede permitir crear un producto superior y claramente diferenciado, o bien producir a un menor coste que su competencia.

En cualquier caso, una de las claves más importantes para que la ventaja competitiva sea eficaz es que sea sostenible en el tiempo. En caso contrario, esa limitación temporal le quitaría relevancia desde el punto de vista del mercado.

Tipos de ventaja competitiva y ejemplos

De acuerdo con las tesis de Michael Porter, existen tres grandes estrategias para lograr una ventaja competitiva:

1. Liderazgo en costes: ¿qué es una ventaja competitiva en precio?

Si el tipo de producto o servicio que se produce no tiene muchas posibilidades de diferenciación o mejora, la ventaja competitiva solo podría venir por el lado de los costes.

De este modo, las empresas que consiguen producir bienes o servicios a un coste más bajo que la competencia, pueden ofrecer precios más atractivos y, en consecuencia, ganar cuota de mercado.

Para lograr esta reducción de costes, existen varias alternativas:

  • Economías de escala: a mayor volumen de producción, más se podrá reducir el coste unitario de producción.
  • Innovaciones tecnológicas: la aplicación de nuevas herramientas puede contribuir al ahorro de costes.
  • Optimización de procesos: la mejora de procesos puede ayudar a acelerar los tiempos de fabricación o a aumentar el volumen.
  • Ventajas en el acceso a materias primas: ya sea en exclusiva o a un precio más económico.

Así, por ejemplo, las grandes cadenas de supermercados suelen intentar competir en costes, gracias a sus economías de escala, a su enorme poder de compra (que les permite tener proveedores en exclusiva y a precios bajos) y a su red de distribución.

2. Diferenciación

Esta segunda estrategia para lograr ventajas competitivas consiste en ofrecer productos o servicios únicos, que sean percibidos por los clientes como superiores a los de la competencia.

En estos casos, la diferenciación puede basarse en aspectos como los siguientes:

  • Calidad.
  • Diseño.
  • Tecnología.
  • Imagen de marca.
  • Estatus percibido.
  • Experiencia del cliente.

Un típico ejemplo de esta variante de ventaja competitiva sería Apple, que incide directamente en todos y cada uno de esos seis factores de diferenciación, generando un elevado deseo de compra y una excelente fidelización de sus clientes.

3. Enfoque, especialización o segmentación

En esta estrategia, la empresa se especializa en un nicho de mercado específico, tratando de atender mejor que la competencia a un segmento de clientes en concreto.

Como ejemplo de este tipo de ventajas competitivas, podríamos mencionar a Rolex u otras marcas de relojes de lujo, que únicamente se dirigen a ese nicho de clientes de alto poder adquisitivo. No obstante, aquí también confluyen estrategias de diferenciación, ya que entran en juego cuestiones como la calidad, el diseño, la tecnología, el estatus percibido y la imagen de marca.

¿Cómo mantener y fortalecer una ventaja competitiva?

Como decíamos, una de las principales claves para lograr que la ventaja competitiva sea efectiva es que pueda ser sostenible en el tiempo.

Por tanto, conseguir una ventaja competitiva es solo el primer paso. Si los competidores pueden replicarla en poco tiempo o si la ventaja decae por sí misma, su eficacia será muy baja.

De este modo, las compañías deben tratar de reforzar sus posiciones ventajosas con estrategias como las siguientes:

  • Innovación constante: la inversión continua en I+D, para la mejora de productos, procesos y modelos de negocio, puede dificultar en gran medida que los competidores logren alcanzar las mismas ventajas.
  • Protección de la propiedad intelectual: lógicamente, si la empresa logra una innovación patentable, debería protegerla legalmente para impedir que sus competidores la copien.
  • Fidelización del cliente: se trata, en definitiva, de construir relaciones sólidas con los consumidores a través de un excelente servicio y una marca fuerte. Como suele decirse, es mucho más fácil, barato y rentable retener a un cliente que conseguir uno nuevo.
  • Expansión de mercados: la ampliación de la presencia geográfica o la diversificación de la oferta de productos o servicios puede contribuir a reforzar la posición dominante de la compañía.

Las ventajas competitivas desde el punto de vista del inversor

Warren Buffett, uno de los inversores de referencia del value investing, acuñó el término de «economic moat» como metáfora de una ventaja competitiva sostenible en el tiempo.

Así, en su origen, el «moat» era el foso que protegía a los castillos medievales de posibles atacantes.

De este modo, como dijo Buffett:

«Se trata de encontrar un negocio con un foso amplio y duradero a su alrededor, que rodee y proteja un castillo económico extraordinario, con un señor honesto al mando del castillo… Puede ser por diversas razones: porque es el productor de menor coste en un determinado sector, porque posee una franquicia natural, por sus capacidades de servicio, por su posición en la mente del consumidor o por una ventaja tecnológica. Sea cual sea la razón, cuenta con este foso protector a su alrededor». (Fuente)

Cuando el inversor logra identificar una de estas ventajas competitivas sostenibles, es probable que decida incorporar las acciones de esa empresa a su cartera, siempre que se cumplan los demás criterios que considere relevantes (precio atractivo, momentum favorable, diversificación, etc.).

En este sentido, muchas de las empresas que consideramos blue chips tienen algún tipo de ventaja competitiva que actúa como una especie de «foso» protector frente a los demás competidores.

En definitiva, ahora que ya sabes qué es una ventaja competitiva y por qué son tan importantes, seguro que te resulta más fácil identificar esos posibles moats que caracterizan a los mejores actores dentro de cada sector.

Rubén Vizcaíno Pena

19 Mar. 2025

7 min

Sin categoría

¿Qué es la pignoración?

Si no tienes claro qué es la pignoración, qué modalidades existen y cuáles son sus ventajas y desventajas, en este artículo podrás encontrar todas las respuestas.

Como ahora verás, puede ser un recurso muy interesante para obtener financiación sin recurrir a avalistas ni vender tus inversiones.

Definición de pignoración: ¿qué es?

En esencia, la pignoración es un mecanismo financiero mediante el cual una persona puede obtener liquidez a través de un préstamo, ofreciendo un determinado bien como garantía de su devolución.

Así, como nos dice el diccionario, pignorar es «dar o dejar algo en prenda».

De hecho, «pignorar» viene del latín «pignus», que significa «prenda» o «hipoteca».

Por tanto, con esta herramienta, puedes aportar un bien físico o financiero (como podría ser un coche o tus participaciones en un fondo de inversión) en garantía para la obtención de un préstamo.

De este modo, en caso de no poder devolver dicho préstamo, la entidad prestamista se quedaría con el bien pignorado.

A pesar de sus similitudes, la pignoración es diferente a la hipoteca o a un aval:

Diferencias entre pignoración e hipoteca

En la hipoteca, el bien suele seguir en poder del propietario. Sin embargo, en la pignoración, es habitual que el bien quede en custodia de la entidad acreedora.

De todos modos, en algunos casos, es posible que el prestatario siga utilizando el bien mientras se respeten los términos del contrato y se vayan devolviendo las cuotas correspondientes.

Diferencia entre pignoración y aval

En los préstamos con avalista, este se compromete a pagar en caso de que el deudor incumpla con sus obligaciones. Si este avalista no llegase a pagar, la entidad acreedora podría embargar y vender cualquiera (o casi cualquiera) de sus bienes.

Por el contrario, en la pignoración, la garantía solo afecta al bien concreto que se ha pignorado.

¿Dónde se regula la pignoración en España? Normativa aplicable

Las dos normas principales que regulan la pignoración en nuestro país son las siguientes:

Se trata de dos disposiciones relativamente antiguas, pero que, después de varias modificaciones a lo largo de los años, continúan plenamente vigentes.

De hecho, la pignoración ha experimentado un renovado interés en épocas recientes, sobre todo en relación con la utilización de activos financieros como prenda.

¿Cómo funciona la pignoración?

Aunque no siempre se realice del mismo modo, el proceso de pignoración suele incluir los siguientes pasos:

  1. Evaluación del bien pignorado: se trata de determinar el valor del activo que servirá de garantía para el préstamo.
  2. Formalización del contrato: ambas partes acuerdan las condiciones del préstamo, principalmente en lo que se refiere a plazos, intereses y derechos sobre el bien pignorado.
  3. Constitución del derecho pignoraticio: a la firma del contrato, el acreedor obtiene derechos sobre el activo, pudiendo ejecutarlo en caso de impago.
  4. Cumplimiento del contrato: en los plazos acordados, el deudor debe reembolsar la deuda según lo pactado, incluyendo los correspondientes intereses. En ese caso, podrá recuperar el bien pignorado. Si no lo hace así, el acreedor podrá liquidarlo para recuperar su dinero.

Tipos de bienes pignorables

Aunque pueden pignorarse muy diversos tipos de bienes, algunos de los más habituales son los siguientes:

  • Activos financieros: como decíamos, la pignoración ha ganado popularidad durante los últimos años gracias a la utilización de este tipo de activos como prenda. Así, nos referimos a bienes como las acciones, fondos de inversión, fondos indexados, ETFs e, incluso, criptomonedas. Muchas veces, se utiliza la pignoración de este tipo de activos para invertir en nuevos activos financieros, en una especie de apalancamiento sui géneris.
  • Depósitos bancarios: si tienes dinero inmovilizado y necesitas liquidez, pero no quieres sufrir penalizaciones por cancelación, podrías poner el depósito como garantía pignoraticia para un préstamo.
  • Maquinaria y bienes muebles de diverso tipo: por ejemplo, máquinas vinculadas a explotaciones agrícolas o industriales, vehículos a motor, materias primas y mercaderías, etc.
  • Obras de arte: se trata de un ejemplo clásico de pignoración, que a menudo resulta difícil de evaluar económicamente.
  • Créditos y cuentas por cobrar: en el caso de las empresas, se pueden pignorar facturas o derechos de cobro para obtener liquidez inmediata.

Ventajas y desventajas de la pignoración

Acudir a la pignoración puede implicar tanto aspectos positivos como negativos, según los casos:

Ventajas de pignorar

Las principales ventajas de la pignoración son las siguientes:

  • Acceso a crédito sin vender activos: este tipo de contratos te permiten obtiene liquidez sin necesidad de deshacerte de los bienes en cuestión. Esto puede ser especialmente interesante para las carteras de inversión, ya que te permite seguir generando rentabilidad con tus activos mientras los ofreces como garantía del crédito.
  • Condiciones más favorables: al ofrecer una garantía tangible, los intereses de los préstamos pignorados suelen ser más bajos que los de los préstamos sin prenda.
  • Flexibilidad en el uso del capital: con carácter general, el dinero obtenido puede destinarse a cualquier fin, como inversiones financieras o empresariales, consumo, etc. No obstante, puede haber entidades que impongan ciertas restricciones (o diferentes condiciones según el caso).
  • Mantenimiento del derecho de propiedad: siempre que se cumplan las condiciones del contrato, el deudor sigue siendo dueño del bien.

Riesgos y desventajas

Los principales riesgos o desventajas de la pignoración son los siguientes:

  • Potencial pérdida del bien pignorado: como decíamos, en caso de impago, el acreedor puede ejecutar la garantía y quedarse con el bien en cuestión.
  • Restricciones de uso o disponibilidad: en determinados casos, los bienes pignorados pueden quedar en custodia del acreedor, limitando su disponibilidad, o bien establecerse otro tipo de restricciones. Por ejemplo, si pignoras tu cartera de inversiones, no podrás vender los activos durante la vigencia del contrato.
  • Posibles costos adicionales: aunque este tipo de contratos suelen implicar menores comisiones y gastos, no quiere decir que no existan. Además, por supuesto, tendrás que abonar los intereses correspondientes.
  • Pérdida de valor del bien en el mercado: si el activo perdiese valor, podría darse el caso de que no cubra el importe total de la deuda.

Conociendo estos riesgos, la pignoración puede ser una herramienta de gran utilidad, como ahora veremos.

¿Cuándo es interesante utilizar la pignoración?

Efectivamente, la pignoración puede ser especialmente útil en casos como los siguientes:

  • Ampliar una cartera de inversión: si ya tienes una cartera de acciones, fondos o ETF con orientación a medio o largo plazo, puedes utilizar la pignoración para ampliar cartera aprovechando momentos favorables del mercado. Piensa, por ejemplo, en incorporar acciones blue chips cuando cotizan por debajo de su precio objetivo según los principios del value investing.
  • Obtener liquidez para diversificar: si quieres diversificar tu cartera en otros tipos de activos, pero sin vender los que ya tienes, puedes utilizar los créditos pignoraticios.
  • Aprovechar tipos de interés favorables: frente a los créditos tradicionales, los pignorados suelen ofrecerte acceso a financiación en condiciones más ventajosas. Así, suelen implicar comisiones más bajas e intereses más reducidos.

En definitiva, la pignoración es una magnífica herramienta para obtener liquidez en condiciones favorables, si tienes activos inmovilizados que no tengas pensado utilizar durante un tiempo.

De todos modos, es importante ser precavido y recordar que, en esencia, no deja de ser una especie de apalancamiento que puede llegar a ser peligroso si no se toman las medidas adecuadas.

Rubén Vizcaíno Pena

17 Mar. 2025

8 min

Sin categoría

¿Qué es el PER?

Si no tienes claro qué es el PER, cómo puedes utilizarlo a la hora de invertir y cuáles son sus limitaciones, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora veremos, se trata de una de las magnitudes financieras más importantes para el análisis fundamental y la inversión en valor, pero está lejos de ser infalible.

Qué es el PER y cómo se calcula

El PER, Price-to-Earnings Ratio (P/E Ratio) o ratio de precios-beneficios es un ratio financiero que mide la relación entre el precio de cotización de las acciones de una empresa y los beneficios por acción (BPA) de dicha compañía.

Por tanto, matemáticamente, se expresa mediante la siguiente fórmula:

PER = Precio de cotización / Beneficio por acción

Así, por ejemplo, si las acciones de una empresa XYZ cotizan en bolsa a 24,50 € y el BPA de la compañía es de 2,35 €, el PER sería de 10,43 €.

Lógicamente, si la empresa tuviese pérdidas, no se podría calcular el PER.

En cualquier caso, no necesitarás hacer estos cálculos tú mismo, ya que es un ratio que puedes consultar en prácticamente cualquier página de información financiera o bursátil.

La cifra del PER nos indica el número de veces que, como inversores, estamos pagando el beneficio de la empresa. Otra forma de verlo sería la de cuántos años tardaríamos en recuperar nuestra inversión en la compañía, si los beneficios fuesen constantes. 

En el ejemplo anterior, tardaríamos algo más de 10 años en recuperar lo invertido.

Una vez aclarado qué es el PER, veamos cómo interpretar sus cifras.

Cómo se interpreta el PER: ¿qué significa un PER alto o bajo?

El PER se utiliza para comparar empresas dentro de un mismo sector o para evaluar la cotización de una acción en relación con el mercado. De este modo:

  • Un PER elevado (por encima de la media del sector) puede sugerir que la acción está sobrevalorada, aunque también podría indicar que el mercado espera un fuerte crecimiento de la empresa.
  • Un PER bajo puede ser indicativo de que la acción está infravalorada o que el mercado tiene expectativas negativas sobre el crecimiento futuro de la empresa.

Pero ¿qué se considera alto o bajo en términos numéricos?

En términos generales, suele considerarse que:

  • Un PER entre 0 y 10 indicaría que la empresa está infravalorada.
  • Un PER entre 10 y 17 sería normal.
  • Un PER entre 17 y 25 sería indicativo de una cierta sobrevaloración o de altas expectativas de futuro.
  • Un PER superior a 25 podría indicar una elevada sobrevaloración o ser sintomática de una burbuja especulativa.

Muchas veces se hacen interpretaciones simplistas y absolutas del PER, tomando estas cifras como referentes indiscutibles. Sin embargo, en la práctica, es necesario «hilar más fino» para evitar errores.

Veamos por qué.

El PER según el sector y el contexto económico

Efectivamente, el PER no debe analizarse de forma aislada, sino en relación con el contexto:

  • El PER en función del sector económico: los sectores con empresas de crecimiento rápido, como el tecnológico, suelen presentar PER altos debido a las expectativas de beneficios futuros. En cambio, empresas de sectores más consolidados, como los servicios públicos, suelen tener PER más bajos y estables. Por tanto, es posible que un PER de 20 no sea excesivo en una empresa tecnológica, mientras que sí lo podría ser en una compañía de generación eléctrica. En consecuencia, cuando comparemos el PER de dos empresas, debemos fijarnos en si pertenecen o no al mismo sector.
  • El PER en relación con el ciclo económico: dependiendo de la fase del ciclo económico en la que nos encontremos, el PER puede ser más o menos alto. Es decir, en épocas de bonanza económica, el optimismo en los mercados puede hacer aumentar el PER, lo contrario de lo que pasaría en fases de recesión.

Si no se tienen en cuenta estos matices, es fácil tomar decisiones de inversión equivocadas.

Tipos de PER

Existen diferentes formas de calcular el PER, dependiendo del dato de beneficios por acción que se tomen como referencia. Así, tenemos:

  • PER histórico (trailing): se calcula con base en los beneficios pasados, normalmente los de los últimos 12 meses.
  • PER estimado (forward): se basa en las previsiones de beneficios futuros, normalmente, el BPA estimado para los próximos 12 meses. Es más relevante para evaluar empresas en crecimiento.
  • PER ajustado cíclicamente (shiller): promedia los beneficios de los últimos 10 años ajustados por inflación, para así reducir la volatilidad propia de los ciclos económicos.

Ventajas y desventajas del PER como indicador financiero

Como decíamos, el PER puede ser muy útil para los inversores, pero también tiene ciertas limitaciones. Empecemos por analizar sus ventajas:

Ventajas

Las principales ventajas del ratio precios-beneficios son las siguientes:

  • Es un indicador muy fácil de calcular y comprender.
  • Permite comparar rápidamente la valoración de empresas dentro del mismo sector, o también la evolución de una compañía a lo largo del tiempo.
  • Puede servir como herramienta inicial para filtrar empresas infravaloradas o sobrevaloradas, a la hora de invertir, sobre todo desde la perspectiva del value investing o inversión en valor.

Limitaciones del PER

En lo que se refiere a las desventajas o limitaciones del PER, podemos destacar las siguientes:

  • No tiene en cuenta el nivel de endeudamiento de la empresa.
  • No puede aplicarse a empresas con beneficios negativos, ya que el numerador de la fórmula sería cero.
  • Es una magnitud absoluta, que no nos proporciona información específica sobre el tipo de sector, el grado de madurez de la compañía o el momento del ciclo en el que nos encontremos. En este mismo sentido, no es un indicador demasiado útil en el caso de empresas cíclicas (automoción, construcción, etc.).
  • Puede verse afectado por factores extraordinarios que alteren temporalmente los beneficios.

Cómo usar el PER a la hora de invertir

Como venimos diciendo, el PER puede ser muy útil a la hora de elegir en qué valores invertir, siempre que tengamos presentes sus limitaciones.

Por tanto, lo más recomendable es:

  • Interpretarlo dentro de su contexto: nunca lo debemos considerar como una cifra absoluta, sino:
    • En relación con la media del sector.
    • Teniendo en cuenta el contexto económico (fase del ciclo).
    • Analizando el grado de madurez de la empresa (no es lo mismo una startup que una empresa histórica).
    • Revisando la evolución del PER de esa compañía a lo largo de los años.
  • Complementarlo con otras magnitudes: además del estudio del ratio precio-beneficios, es importante evaluar el grado de endeudamiento de la empresa, los ratios de tesorería, el EV/EBITDA, etc. Cuanto más completa sea la imagen que nos formemos, mejor podremos invertir.

Por supuesto, este tipo de análisis no debería hacernos olvidar las recomendaciones habituales a la hora de invertir en bolsa. Fundamentalmente, la necesidad de diversificar de forma adecuada y suficiente, y adaptarnos siempre a nuestro perfil de riesgo como inversores.

En definitiva, ahora que ya sabes qué es el PER, cómo se calcula y cuáles son sus limitaciones, seguro que te resulta más fácil utilizarlo para incorporar nuevos valores a tu cartera.

Y es que, a pesar de no ser perfecto, sigue siendo un ratio de gran utilidad para cualquier inversor que tenga una visión de medio o largo plazo.

Rubén Vizcaíno Pena

14 Mar. 2025

8 min

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¿Cuáles son los tipos de mercado?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

12 Mar. 2025

6 min

Economía

Economía nazi: ¿cuáles fueron sus características?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

25 Feb. 2025

6 min

Bolsa

Finanzas

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Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

18 Feb. 2025

6 min

Economía

Índice de Gini: ¿cuál es la fórmula?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

13 Feb. 2025

6 min

Bolsa

Finanzas

¿Qué es el venture capital?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

11 Feb. 2025

6 min

Economía

Finanzas

¿Qué es la teoría de juegos?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

6 Feb. 2025

6 min

Finanzas

¿Qué es el coste de oportunidad?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

4 Feb. 2025

6 min

Curso Finanzas

¿Cuál es el ciclo de explotación de una empresa comercial?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

28 Ene. 2025

6 min

Economía

Finanzas

¿Qué es el capital circulante?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

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Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

21 Ene. 2025

6 min

Curso Finanzas

Finanzas

¿Qué es devengar?

Si no tienes claro cuáles son los distintos tipos de mercado que existen y qué criterios se pueden utilizar para clasificarlos, en este artículo encontrarás todas las respuestas.

Como ahora verás, a día de hoy, el concepto de mercado va mucho más allá de aquellos tradicionales lugares físicos de intercambio económico que dieron origen al término.

Tipos de mercado: ¿qué son?

Cuando hablamos de «tipos de mercado» nos referimos a las distintas formas de clasificar los mercados en función del criterio que se tenga en cuenta en cada caso.

Como sabes, en términos económicos, un mercado es un sistema mediante el cual se intercambian bienes y servicios en una economía. Inicialmente, esto se realizaba en un lugar físico, pero hoy en día el término tiene una connotación mucho más amplia.

Veamos, pues, cuáles son las principales formas de clasificar los distintos tipos de mercados.

Tipos de mercado de acuerdo con su forma de clasificación

Efectivamente, existen muchos parámetros o criterios distintos para clasificar los distintos tipos de mercados. Estas son algunas de las clasificaciones más utilizadas en la práctica:

1. Mercados según el tipo de producto intercambiado

De acuerdo con este primer criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

2. Tipos de mercado en función de la competencia existente

De acuerdo con el nivel de competencia, suelen distinguirse los siguientes tipos de mercados:

  • Mercados de competencia perfecta, que son aquellos regidos por el juego de la oferta y la demanda, donde existe un gran número de compradores y vendedores, los productos son homogéneos y no hay barreras de entrada ni de salida. En realidad, se trata más bien de un modelo teórico que de algo que se dé en la realidad de forma exacta.
  • Mercados de competencia imperfecta, que son aquellos en los que se da algún tipo de restricción a la competencia, en mayor o menor medida. A su vez, estos mercados de competencia imperfecta pueden ser:
    • Monopolios: se dan cuando un único vendedor controla el mercado y fija los precios según su voluntad.
    • Oligopolios: son aquellos casos en los que unos pocos vendedores dominan el mercado y pueden influir en los precios.
    • Competencia monopolística: se trata de aquellos mercados en los que, al menos en teoría, existen muchos vendedores, pero los productos se diferencian lo suficiente como para que las empresas tengan cierto poder sobre la fijación de precios.

3. Tipologías de mercados de acuerdo con su nivel de regulación

De acuerdo con este tercer criterio, podemos distinguir estos dos tipos de mercados:

  • Mercado regulado, en el que las transacciones están sujetas a normativas específicas impuestas por organismos reguladores. Es el caso de los mercados bursátiles, el mercado eléctrico en muchos países, etc.
  • Mercado no regulado: es aquel en el que la negociación se realiza directamente entre las partes, sin pasar por una plataforma centralizada. Por ejemplo, la compraventa de criptomonedas era un típico caso de mercado no regulado, aunque cada vez se empiezan a introducir más medidas de intervención por parte de los Estados.

4. Mercados según el área geográfica

Con este criterio de clasificación de los tipos de mercados, podemos distinguir entre:

  • Mercados locales, que son aquellos que abarcan únicamente un área inferior a la nacional. Por ejemplo, una ciudad, una provincia o una comunidad autónoma, en el caso de España.
  • Mercados nacionales, que comprenden todo un país.
  • Mercados regionales, que abarcan un área geográfica vinculada por determinadas características comunes, lazos históricos o afinidades de otro tipo. Pueden referirse a parte de un país, abarcar varios países o determinadas áreas de países distintos. Por ejemplo: el sector norte del país, una euro-región transfronteriza, la región norte de África, el Mediterráneo, etc.
  • Mercados internacionales, que comprenden distintos países. Una variante de este tipo sería el mercado global, que abarca a todos los países del mundo.

5. Clasificación de los tipos de mercados según el canal de distribución

De acuerdo con este criterio, tendríamos dos grandes tipos de mercados:

  • Mercados físicos: son aquellos en los que los intercambios económicos se desarrollan en un espacio físico determinado. Es el caso de los mercados tradicionales, como serían ferias, mercados de abastos o, incluso, la bolsa de valores física.
  • Mercados digitales: son aquellos en los que las transacciones se desarrollan a través de una infraestructura digital. Es el caso del comercio electrónico, de las plataformas de trading online o de los mercados electrónicos bursátiles, etc.

Aunque puede haber más formas de clasificarlos, estos son los principales criterios que suelen utilizarse en la práctica.

En definitiva, los tipos de mercado que prevalecen hoy en día son, especialmente, aquellos que tienen una orientación global y un funcionamiento electrónico. No obstante, y por supuesto, siguen conviviendo con los tradicionales mercados físicos.

Rubén Vizcaíno Pena

14 Ene. 2025

6 min

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