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¿Qué es el ROI?

Sin lugar a dudas, tener claro qué es el ROI (Return on Investment) y cómo se calcula es de vital importancia para cualquier emprendedor, inversor o empresario que quiera tener éxito financiero en su actividad diaria.

Se trata, así, de una de las métricas más utilizadas en la práctica y una guía imprescindible para evaluar, de forma objetiva, la viabilidad de todo tipo de proyectos.

¿Qué es el ROI y para qué sirve?

En pocas palabras, el ROI (Return on Investment o «retorno de la inversión») es un ratio financiero que indica el rendimiento generado por una inversión en relación con su coste.

De forma simplificada y en términos monetarios, el ROI nos diría cuánto dinero hemos ganado por cada 100 euros invertidos.

Así, por ejemplo, un ROI del 7,3% significaría que hemos obtenido 7,30 € por cada 100 € invertidos en el proyecto.

De este modo, calcular el retorno de la inversión nos permite comparar distintos tipos de activos, inversiones o proyectos, expresando de forma numérica y simple cuál de ellos tiene mayor rentabilidad (o potencial de rentabilidad).

Y es que, en un entorno de recursos limitados, siempre es necesario elegir y, por tanto, en todo caso va a haber un coste de oportunidad.

De este modo, el ROI es uno de los ratios financieros más importantes en el día a día de los negocios y la inversión, siendo un concepto de finanzas básicas que debería dominar todo emprendedor o inversor.

Cómo se calcula el ROI: fórmula

La fórmula más sencilla para calcular el ROI es la siguiente:

ROI = (Beneficio o ganancia neta / Inversión realizada) × 100

Para calcular el numerador (beneficio neto), bastaría con restar el importe invertido del valor actual de la inversión.

Como siempre, es más fácil de entender con un sencillo ejemplo:

Ejemplo de cálculo del ROI o retorno de la inversión

Imaginemos que invertimos 7.000 € en acciones de la empresa XYZ (1000 acciones por su precio de cotización en ese momento, que, supongamos, es de 7 €).

Al cabo de un año, esas mismas acciones han subido considerablemente y cotizan a 8,50 €. Por tanto, estarán valoradas en: 1000 x 8,50 = 8.500 €.

Por tanto, el ROI se calcularía del modo siguiente:

ROI = [(8500 – 7000) / 7000] × 100 = (1500 / 7000) x 100 = 21,43%

De este modo, habríamos obtenido un retorno del 21,43% sobre nuestra inversión inicial.

¿Para qué sirve el ROI en la práctica?

Como decíamos, el ROI es una herramienta muy versátil, que puede utilizarse en múltiples contextos. Estos son algunos de los más destacados:

1. Comparación de inversiones

Tal y como veíamos en el ejemplo anterior, el ROI es un ratio financiero que nos permite calcular fácilmente el rendimiento de distintas inversiones.

De este modo, es muy sencillo evaluar cómo ha resultado cada inversión realizada y compararlas entre sí en términos numéricos. Lógicamente, estamos refiriéndonos a un cálculo a posteriori, una vez realizada la inversión y transcurrido el tiempo.

No obstante, también es posible hacer estimaciones con base en el rendimiento histórico de distintas categorías de activos. De todos modos, no dejan de ser escenarios más o menos probables, sin olvidar que (como suele decirse) «rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras».

2. Toma de decisiones estratégicas en el ámbito empresarial

En la gestión de empresas, el cálculo del ROI se utiliza para comparar distintos proyectos potenciales, o bien para comparar el desempeño de diferentes iniciativas desarrolladas en el pasado (y decidir sobre su continuidad).

En este sentido, el ROI es un ratio íntimamente vinculado con el concepto de coste de oportunidad:

Al haber recursos financieros limitados, es necesario elegir, buscándose aquel proyecto que pueda generar un mayor retorno sobre la inversión realizada.

Ventajas y desventajas del ROI

Veamos ahora cuáles son las principales ventajas y desventajas del ROI como ratio financiero:

Ventajas

Como aspectos positivos, destacarían los siguientes:

  • Simplicidad de cálculo: como hemos visto, la fórmula para calcular el ROI es muy sencilla y no requiere operaciones complicadas. Basta con tener los datos del importe invertido y el beneficio resultante.
  • Facilidad para realizar comparaciones: este ratio permite comparar de forma directa la rentabilidad de distintos proyectos o inversiones. De este modo, se puede evaluar rápidamente cuál es la inversión que se ha comportado mejor en el período considerado.
  • Magnitud objetiva: salvo que estemos haciendo proyecciones de futuro, el cálculo del ROI se basa únicamente en datos objetivos y no requiere valoraciones subjetivas si se realiza a posteriori.

Desventajas o limitaciones del ROI

Aunque el ROI es una métrica muy útil, presenta varias limitaciones que conviene tomar en consideración en la práctica:

  • No tiene en cuenta el factor temporal: como hemos visto, la fórmula del ROI no incluye ninguna referencia al marco temporal en el que se generó la rentabilidad. Por tanto, si no se toma en consideración esta cuestión, podríamos estar realizando comparaciones erróneas. Por ejemplo, una inversión que generó un 30% en 3 años nos arrojaría un ROI más alto que otra que generó un 21% en 2 años. De ahí que sea conveniente calcular el rendimiento o ROI anualizado. Además, para tener en cuenta el efecto de la inflación, puede combinarse con el cálculo del Valor Actual Neto (VAN).
  • No se valora el nivel de riesgo: dos inversiones con idéntico ROI pueden tener niveles de riesgo muy distintos. Por tanto, el ROI no puede ser la única magnitud a considerar cuando se valora qué opción de inversión elegir.
  • Puede ser manipulable cuando se calcula a priori: al estimar el ROI potencial de distintos proyectos de inversión, es relativamente fácil distorsionar el resultado en función de los gastos concretos que se tomen en cuenta para los cálculos. De ahí que sea imprescindible tener reglas claras y criterios homogéneos a la hora de hacer las estimaciones.

De todos modos, a pesar de estas desventajas o limitaciones, el ROI sigue siendo una magnitud de gran utilidad práctica.

¿Qué ROI es adecuado para un proyecto de inversión?

Como puedes comprender, es imposible dar cifras concretas que permitan determinar si un ROI es o no interesante para un determinado proyecto en concreto.

Al final, cada proyecto o cada inversión tienen sus propias características, que no pueden (o no deben) extrapolarse de forma directa.

Lógicamente, a igualdad de condiciones, siempre va a ser preferible un ROI más alto. Y nunca será rentable una inversión con ROI negativo.

A partir de ahí, hay que tener en cuenta muchos otros factores para poder determinar qué ROI consideramos interesante para un proyecto determinado:

  • El marco temporal en el que se va a ejecutar el proyecto o inversión.
  • El nivel de riesgo asumido.
  • La rentabilidad media histórica en el sector o para esa categoría de activos.
  • El contexto económico en el que se va a afrontar el proyecto: cuestiones sociopolíticas, fase del ciclo económico, etc.
  • Otros factores no cuantitativos, como podrían ser aspectos de prestigio empresarial, imagen de marca, responsabilidad social o criterios ESG, visión estratégica a largo plazo, etc.

En definitiva, aunque el ROI es un ratio financiero de enorme utilidad tanto para empresarios como para inversores, no podemos olvidar sus limitaciones.

De ahí que sea conveniente complementarlo con otros ratios económicos, así como con el análisis de los demás factores que concurren a la hora de estimar si una inversión puede ser o no interesante.

Rubén Vizcaíno Pena

16 Jun. 2025

8 min

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¿Cómo calcular el coste de oportunidad?

Sin lugar a dudas, calcular el coste de oportunidad es fundamental, tanto en el mundo empresarial, como en las inversiones e, incluso, en muchas facetas de la vida cotidiana.

En este sentido, es uno de esos conceptos clave que es imprescindible entender si queremos tomar mejores decisiones y no arrepentirnos de la opción elegida.

Por eso, en este artículo veremos exactamente qué es el coste de oportunidad, cuál es la fórmula para calcularlo y cómo se puede aplicar en la práctica para mejorar nuestros procesos de decisión.

¿Qué es el coste de oportunidad? Definición

De una forma muy sencilla, podemos definir el coste de oportunidad como el valor de la mejor alternativa que no hemos elegido, cuando tomamos una decisión. O, en términos netos, la diferencia entre el valor de la mejor alternativa posible y la que hemos elegido.

Dicho así, puede parecer un trabalenguas, pero el concepto es muy fácil de entender.

Así, cuando nos planteamos elegir entre varias alternativas posibles, podemos evaluar las ventajas o el «valor» de cada una de ellas, decantándonos finalmente por la que consideramos «mejor» o más valiosa para nosotros.

Pues bien, el coste de oportunidad sería el valor de la que habíamos considerado como segunda mejor opción cuando tomamos la decisión.

Al final, todos nuestros recursos (sea dinero, tiempo o energía) son limitados. Por tanto, elegir implica renunciar a todas las demás alternativas posibles. Eso a lo que renunciamos representa el coste de oportunidad de nuestra decisión.

De todos modos, es más fácil de entender con algún ejemplo práctico.

Ejemplos de coste de oportunidad

Veamos dos casos distintos en los que opera muy claramente el coste de oportunidad, uno del ámbito de la inversión y otro de la vida cotidiana:

  • Inversión en bolsa: cuando decidimos comprar acciones de la empresa A y no de la empresa B, el coste de oportunidad sería el hipotético beneficio que podríamos obtener con la segunda. Por ejemplo, imaginemos que, al cabo de 5 años, la compañía B ha subido un 25%, mientras que la A solo ha crecido un 8%.
  • Elección de carrera profesional: cuando optamos por dedicarnos a una profesión determinada y no a otras, estamos renunciando a muchas vías laborales para centrarnos en una sola. Pensemos, por ejemplo, en una persona que decide preparar las oposiciones de Juez en lugar de dedicarse al ejercicio privado de la abogacía.

Hay que tener en cuenta que se habla de coste de oportunidad no solo cuando la elección ha resultado peor en términos económicos o cuantitativos, sino aunque fuese peor (aunque, en esos casos, el «coste» neto fuese negativo).

En este sentido, existe un coste de oportunidad simplemente porque se sacrifican otras opciones al elegir una en concreto.

Cómo calcular el coste de oportunidad: fórmula

Como decíamos, el concepto de coste de oportunidad puede aplicarse a múltiples facetas de la vida y no siempre puede expresarse en términos cuantitativos, monetarios o económicos. Por ejemplo, pensemos en la decisión de pasar la tarde paseando con unos amigos o ir al cine con nuestra pareja.

En los casos en que las decisiones se pueden valorar numéricamente, una posible fórmula para calcular el coste de oportunidad neto sería la siguiente:

Coste de oportunidad neto = Beneficio de la mejor opción no elegida – Beneficio de la opción elegida

Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo de las acciones de la empresa A o B, si hubieras invertido 5.000 €, calcularías de este modo el coste de oportunidad:

Coste de oportunidad = (5000 x 1,25) – (5000 x 1,08) = 6.250 – 5400 = 850 €.

Lógicamente, esto es algo que solo puedes saber con certeza a posteriori, ya que es imposible anticipar la rentabilidad de una inversión en renta variable de este tipo.

La importancia de calcular coste de oportunidad en la gestión empresarial

Más allá del mundo de la inversión, el coste de oportunidad tiene una importancia decisiva en la gestión de cualquier empresa.

Al contar con recursos limitados y existir un campo de acción virtualmente ilimitado, es necesario tratar de elegir la opción más beneficiosa para el negocio, ya sea a corto o largo plazo.

Así, por ejemplo, si disponemos de una partida de 40.000 €, podríamos plantearnos si es mejor invertirlo en una gran campaña de marketing o en comprar una máquina que mejorará el proceso productivo.

En estos casos, es necesario hacer estimaciones lo más realistas posible de cómo puede influir cada opción en la cifra de negocio y en los beneficios que se vayan a obtener. Aunque tampoco sea posible conocer con certeza el resultado final, sí existen herramientas que nos pueden ayudar a visualizar distintos escenarios con un cierto grado de probabilidad.

Limitaciones del concepto de coste de oportunidad

Pese a que ya hemos mencionado algunas cuestiones, estas son las principales limitaciones o desventajas de calcular el coste de oportunidad:

  • Dificultad para realizar estimaciones de futuro: en la inmensa mayoría de casos, es imposible hacer una previsión exacta de los resultados que se van a obtener con las distintas opciones. En algunos campos, será más fácil realizar aproximaciones más o menos acertadas, pero en otros será prácticamente imposible.
  • Concurrencia de elementos no cuantificables: en áreas donde entren en juego aspectos que no se puedan expresar numéricamente, es todavía más difícil hacer una estimación del coste de oportunidad. Por ejemplo, en todo aquello en lo que se trate de valorar el tiempo, la salud, el aprendizaje, la realización personal, etc. Lo mismo sucede en decisiones donde el número de incógnitas o de variables sea especialmente elevado.
  • Introducción de sesgos en la valoración: es relativamente frecuente que, en los procesos de estimación o cálculo del coste de oportunidad, aparezcan sesgos que pueden influir en la decisión final por motivaciones subjetivas. Por ejemplo, el miedo, la codicia, el efecto de «coste hundido», el «efecto rebaño», etc.

De todos modos, esto no quiere decir que no valga la pena hacer el esfuerzo de calcular el coste de oportunidad. Al final, el simple hecho de realizar todo este proceso, puede hacernos ver opciones que no conocíamos o descubrirnos factores que no estábamos teniendo en cuenta al tratar de decidir.

En definitiva, calcular el coste de oportunidad es un ejercicio del que se puede aprender mucho y que puede ayudarnos a tomar mejores decisiones en distintos ámbitos de nuestra vida.

En el ámbito empresarial, es una herramienta imprescindible dentro del proceso de gestión, pero también puede ayudarnos mucho cuando nos planteamos en qué invertir o cuando se trata de tomar otras decisiones importantes para nuestra vida personal.

Rubén Vizcaíno Pena

3 Jun. 2025

7 min

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Tipos de política fiscal: ¿cuáles son?

Sin duda, los distintos tipos de política fiscal que pueden implementar los gobiernos tienen un papel clave en la evolución de la economía de un país, sobre todo en épocas de crisis.

En este sentido, aunque prevalezcan las razones técnicas, siempre va a haber un cierto peso ideológico a la hora de diseñar e implementar las políticas.

En este artículo analizaremos las distintas opciones, así como las ventajas y riesgos de cada uno de estos enfoques.

Pero, antes de nada, es necesario definir brevemente el concepto de política fiscal.

¿Qué es la política fiscal?

Efectivamente, podemos definir la política fiscal como el conjunto de decisiones que toman los gobiernos acerca del gasto público y la recaudación de impuestos.

De este modo, las competencias en materia de política fiscal corresponden a los gobiernos (a diferencia de lo que sucede con la política monetaria, que está atribuida a los bancos centrales).

Como ahora veremos, estas decisiones tienen un impacto decisivo sobre el crecimiento económico, la inflación y el desempleo.

Principales tipos de política fiscal

Como es lógico, el rango de acción de los gobiernos es muy amplio en lo que se refiere a la política fiscal.

De este modo, pueden adoptarse diferentes políticas dependiendo de la fase del ciclo económico en la que nos encontremos, de las características estructurales que tenga la economía de cada país y, por supuesto, en función del sesgo ideológico de cada gobierno.

En este sentido, ante una misma realidad, puede ser muy diferente la política fiscal de un gobierno con tendencia intervencionista (keynesiana) a la de otro más vinculado con las premisas de la Escuela Austríaca.

Veamos, pues, los tres principales tipos de política fiscal que se suelen adoptar en la práctica:

1. Política fiscal expansiva

La política fiscal expansiva tiene como objetivo estimular la economía en momentos de desaceleración, recesión o elevado desempleo.

Para ello, el gobierno puede actuar sobre los siguientes parámetros:

  • Incrementar el gasto público: inversión en infraestructuras, subsidios y subvenciones, gasto en educación, etc.
  • Reducir los impuestos: tanto para familias como para empresas, aumentando así la renta disponible para gastar o invertir.
  • Actuar sobre ambos factores a la vez.

El objetivo sería aumentar la demanda agregada y dinamizar la actividad de los agentes económicos.

Lógicamente, esto tendrá como consecuencia un aumento del déficit público, pero puede lograr una mayor creación de empleo y aumentar el PIB a medio plazo.

Sin embargo, si se mantienen en el tiempo, las políticas fiscales expansivas tienen el riesgo de generar elevados desequilibrios presupuestarios, aumentar la deuda pública y provocar un crecimiento de la tasa de inflación.

Este tipo de políticas fueron muy utilizadas como respuesta a la crisis financiera de 2008, pero también en los momentos posteriores a la declaración de la pandemia de covid-19 en el año 2020.

2. Política fiscal restrictiva

En el extremo opuesto, se encuentra la política fiscal restrictiva, que se aplica en situaciones como las siguientes:

  • Si la economía está creciendo demasiado rápido y hay riesgo de sobrecalentamiento.
  • Si fuese necesario controlar la inflación.
  • Para reducir el endeudamiento.

Los parámetros sobre los que pueden actuar los gobiernos son los mismos que en el caso anterior, pero en sentido contrario:

  • Reducir el gasto público, principalmente en áreas no prioritarias.
  • Aumentar los impuestos, ya sea de forma directa o eliminado deducciones fiscales.

Esto disminuye la renta disponible, contribuyendo a enfriar la demanda y ayuda a contener este tipo de desequilibrios económicos.

Con ello, se trata de lograr un equilibrio o superávit presupuestario, así como el control de la inflación y la reducción de la deuda pública.

En el ámbito europeo, este tipo de políticas fiscales se empezaron a generalizar a partir del año 2010, superados los momentos iniciales de la crisis financiera de 2008.

Lógicamente, estas medidas también tienen sus riesgos, ya que podrían frenar una recuperación en curso y, en determinados casos, provocar un aumento de la tasa de paro. 

3. Política fiscal neutral

Sería aquella que no tiene una finalidad expansiva ni restrictiva, sino que busca el mantenimiento de la estabilidad en el ámbito del gasto público y de la recaudación fiscal.

De este modo, ni se persigue la estimulación de la economía, ni la contención del gasto.

Este sería el enfoque adecuado en momentos de equilibrio o de crecimiento sostenible, con cifras de paro y de inflación razonables.

Sobre el papel, sería la situación más deseable y la que genera mayor estabilidad y predictibilidad en los mercados financieros.

No obstante, esto no quiere decir que pueda mantenerse de forma indefinida, ya que los desequilibrios acaban apareciendo de uno u otro modo, requiriéndose la adopción de medidas de política fiscal más activas, ya sean expansivas o restrictivas.

Otra forma de clasificar los tipos de política fiscal: estructural y coyuntural

Además de clasificarse como expansiva, restrictiva o neutral, la política fiscal también puede dividirse en estructural y coyuntural, según su horizonte temporal y propósito:

1. Política fiscal estructural

La política fiscal estructural tiene un enfoque a largo plazo.

De este modo, su objetivo sería modificar la estructura de ingresos y gastos del Estado para mejorar su eficiencia, sostenibilidad o equidad.

Como medidas típicas de esta forma de política fiscal, estarían las siguientes:

  • Reformas tributarias de gran calado, como podría ser el cambio de modelo de IRPF, la reforma del sistema de cotizaciones a la Seguridad Social, etc.
  • Replanteamiento de las prioridades de gasto a largo plazo. Por ejemplo, reforzando los planes de I+D, el gasto en defensa o educación, etc.
  • Planes de reformas plurianuales en materias como la digitalización de la administración pública, lucha contra el fraude fiscal, etc.

Por tanto, no se trata tanto de medidas reactivas para dar respuesta a un determinado momento del ciclo económico, sino para fortalecer desde la base los fundamentos económicos de un país.

2. Política fiscal coyuntural

Por el contrario, la política fiscal coyuntural responde a situaciones temporales y concretas.

Así, su propósito es ajustar el presupuesto del Estado en función del momento económico y, normalmente, adopta un carácter expansivo o restrictivo con las medidas que explicábamos en los anteriores apartados.

Este tipo de medidas suelen tener fecha de caducidad, ya que se aplican para dar respuesta a fenómenos concretos, que se pretenden corregir o revertir. Una vez logrado su objetivo, se desactivarán o modificarán de la forma que se considere más adecuada.

¿Existe un tipo de política fiscal ideal?

En principio, parece muy difícil (o imposible) determinar que un tipo de política fiscal sea claramente mejor que otro.

Al final, todo depende del contexto económico global y de la situación concreta de cada país, así como de la calidad de su implementación en la práctica.

Por tanto, una política fiscal expansiva (o restrictiva) puede funcionar muy bien o muy mal dependiendo de las circunstancias.

En general, los expertos coinciden en que la política fiscal debería ser contracíclica: expansiva en tiempos de crisis y restrictiva en épocas de bonanza.

Sin embargo, lo más importante es que la aplicación de esas medidas se haga:

  • De la forma correcta.
  • En la proporción adecuada.
  • Durante el tiempo estrictamente necesario.

De lo contrario, incluso las medidas correctas pueden generar efectos indeseados.

Política fiscal vs. política monetaria

Muchas veces se habla conjuntamente de la política monetaria y la política fiscal, pero son herramientas muy distintas.

Así, la política monetaria:

  • Se aplica por parte de los bancos centrales y no por los gobiernos.
  • Actúa sobre la cantidad de dinero en circulación y los tipos de interés.
  • Su objetivo principal es mantener la estabilidad de precios, aunque también influye en el crecimiento económico y el empleo.

Obviamente, lo ideal es que ambos tipos de políticas (fiscales y monetarias) estén perfectamente coordinadas para caminar hacia los mismos objetivos.

De lo contrario, podrían neutralizarse entre sí: una política monetaria expansiva, en combinación con medidas de política fiscal restrictiva, puede minimizar la eficacia de ambas.

En definitiva, entender los distintos tipos de política fiscal es clave para analizar el rumbo económico de un país.

En última instancia, lo más importante es que estas medidas se diseñen de forma responsable y con visión a largo plazo. Solo así podrán cumplir su función estabilizadora y contribuir al crecimiento sostenible de la economía.

Rubén Vizcaíno Pena

27 May. 2025

9 min

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¿Qué es el PPP?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

20 May. 2025

8 min

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¿Cuál es la previsión de los fondos de inversión?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

12 May. 2025

8 min

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Blogs económicos: ¡te mostramos los mejores!

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

5 May. 2025

8 min

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¿Qué son los Credit Default Swaps?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

18 Abr. 2025

8 min

Sin categoría

¿Qué es la teoría de la motivación de Maslow?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

11 Abr. 2025

8 min

Sin categoría

¿Qué es la economía mixta?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

4 Abr. 2025

8 min

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Gran tenedor de vivienda: ¿qué implica?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

31 Mar. 2025

8 min

Sin categoría

¿Qué son los fallos de mercado?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

24 Mar. 2025

8 min

Sin categoría

¿Qué es una ventaja competitiva?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

19 Mar. 2025

8 min

Sin categoría

¿Qué es la pignoración?

En este artículo veremos qué es el PPP (Purchasing Power Parity o Paridad de Poder Adquisitivo), para qué sirve y cuáles son sus principales limitaciones en la práctica.

Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para economistas y responsables políticos, aunque no está exenta de ciertos problemas, como luego veremos.

¿Qué es el PPP? Definición de Paridad de Poder Adquisitivo

Como decíamos, PPP son las siglas de Purchasing Power Parity o, en español, Paridad de Poder Adquisitivo.

Se trata de una métrica que se utiliza para comparar el poder adquisitivo en diferentes países, a partir de una cesta de bienes que se utiliza como referencia.

En este sentido, se puede definir la PPP o Paridad de Poder Adquisitivo como el tipo de cambio entre dos divisas que permitiría adquirir exactamente los mismos bienes en cada uno de los dos países.

Aunque esta definición teórica puede parecer algo confusa, es muy fácil de entender con un ejemplo:

Supongamos que, en España, un kilo de harina cuesta 1 €, mientras que en Estados Unidos se vende a 1,20 $.

De este modo, el tipo de cambio que reflejaría una paridad del poder adquisitivo sería, precisamente, 1 € = 1,20 $.

Sin embargo, el tipo de cambio oficial entre ambas divisas puede ser muy distinto, por lo que la PPP puede considerarse un indicador económico a tener muy en cuenta.

Desde luego, este es un ejemplo muy simplificado y, en realidad, lo que se suele hacer es elaborar una cesta de productos suficientemente representativos para poder hacer una comparación más acertada.

Instituciones como el Banco Mundial o la OCDE se encargan de realizar periódicamente estos cálculos, para tener una medida lo más realista posible de cómo se compara el poder adquisitivo entre distintas naciones, y cómo eso difiere de los tipos de cambio oficiales en el mercado de divisas.

En este sentido, se considera que puede complementar los datos del PIB nominal o PIB per cápita para describir mejor la situación económica de un país, su grado de desarrollo y el bienestar de su población.

Cómo se calcula la PPP: fórmula

Como veíamos en el ejemplo anterior, para calcular la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA o PPP), basta con poner en relación los precios de un mismo bien (o cesta de bienes) en dos países distintos.

Por tanto, la fórmula sería la siguiente:

S = P1 / P2, siendo:

  • S: el tipo de cambio de la divisa del país 1 respecto del país 2.
  • P1: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 1.
  • P2: el precio del bien o cesta de bienes en la moneda del país 2.

Lógicamente, en la práctica, este tipo de cálculos pueden llegar a ser muy complejos, sobre todo por el volumen de información que es necesario recopilar, así como por la dificultad de establecer unos criterios bien definidos y que permitan realizar las comparaciones de la forma más uniforme posible.

Origen del uso de la PPA o PPP

Los primeros antecedentes respecto del concepto de PPP o Paridad de Poder Adquisitivo, pueden remontarse a la conocida como Escuela de Salamanca, que fue un grupo de profesores y teólogos que desarrollaron una amplia labor académica y de investigación en la España del siglo XVI.

Aunque se abarcaron áreas de estudio muy diversas, sus aportaciones a la teoría económica fueron muy relevantes, hasta el punto de que se considera como uno de los antecedentes de la célebre Escuela Austríaca.

De todos modos, para encontrar un antecedente más directo e inmediato del concepto de PPP, tenemos que acudir al trabajo del economista sueco Gustav Cassel, en una obra de 1916.

De todos modos, estos primeros acercamientos al concepto de Paridad del Poder Adquisitivo se vinculaban, habitualmente, con el patrón oro, que permitía establecer una relación estable entre los tipos de cambio de las distintas divisas.

En este sentido, el oro actuaría como una especie de bien o «cesta de bienes» estándar para comparar el poder adquisitivo de las monedas en cuestión.

Ventajas y desventajas de la PPP

Aunque ya hemos apuntado algunos aspectos, estas son las principales ventajas y limitaciones del uso de la PPP o Purchasing Power Parity:

Ventajas

Como aspectos más positivos del concepto de Paridad de Poder Adquisitivo, podemos destacar los siguientes:

  • Permite hacer comparaciones más realistas del nivel de vida: el tipo de cambio oficial entre divisas no nos da información suficiente acerca del coste de la vida en los países de referencia. Sin embargo, al comparar el coste de una misma cesta de bienes, a través de la PPP, contamos con datos más precisos.
  • Se eliminan distorsiones del tipo de cambio: los cálculos no se ven afectados por los movimientos del mercado de divisas.
  • Facilita los análisis económicos globales: al eliminar la distorsión del tipo de cambio y tomar una referencia tangible del poder de compra de los ciudadanos, es más fácil comparar la situación económica de distintas naciones. Así, nos permite conocer con más precisión el nivel de desarrollo, los índices de pobreza, etc.
  • Ofrece información sobre la valoración real de las divisas: como veíamos, el tipo de cambio que resulta de la fórmula de la PPP puede ser muy diferente al tipo de cambio vigente en los mercados. De este modo, podríamos detectar si una moneda está sobrevalorada o infravalorada desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo. En cierta medida, esto es lo que hace el famoso índice Big Mac creado por la revista The Economist. Básicamente, se trata de un análisis de la Purchasing Power Parity a partir de un único bien de consumo: la hamburguesa Big Mac.

Desventajas

En cuanto a las limitaciones o desventajas de la PPP, destacarían los siguientes aspectos:

  • Dificultades en la recogida, depuración y comparación de datos: como decíamos, la elección de la cesta de productos, el proceso de recopilación de datos de precios y la definición metodológica son tareas complejas, costosas y que pueden llevar a la aparición de errores o imprecisiones.
  • Falta de actualización: al ser un proceso complejo y caro, no se realiza con la frecuencia que sería deseable. De este modo, no solemos disponer de datos 100% actualizados con suficiente regularidad.
  • No refleja las posibles diferencias en la calidad de productos: aunque se esté comparando un producto equivalente, las calidades pueden ser muy distintas o variadas. Así, tanto los estándares asumidos como normales en cada país, como los rangos de calidades (y precios), pueden concebirse de formas muy dispares. Por tanto, al final, pueden estar comparándose productos que no sean exactamente equivalentes.
  • Diferencias impositivas: el sistema fiscal de cada país es distinto, pudiendo aplicar tasas e impuestos radicalmente diferentes a los de otras naciones comparables.
  • Aranceles: la imposición de aranceles a la importación de bienes puede distorsionar la información de precios en los bienes objeto de estudio.

En definitiva, una vez aclarado qué es el PPP y cuáles son sus aplicaciones prácticas, es evidente que puede ser una herramienta de enorme utilidad desde el punto de vista académico y para un mejor diseño de las políticas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Así, aunque tenga ciertas limitaciones, ayuda a establecer comparaciones mucho más realistas que las que resultarían de un simple estudio de los tipos de cambio entre divisas.

Rubén Vizcaíno Pena

17 Mar. 2025

8 min

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