Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
11 Feb. 2025
9 min
Bolsa
Finanzas
Sin lugar a dudas, el venture capital o capital riesgo desempeña un papel de vital importancia en el tejido empresarial de todo el mundo, contribuyendo de forma destacada a la innovación tecnológica.
En este artículo veremos exactamente qué es el venture capital, cómo funciona en la práctica, cuáles son sus beneficios y riesgos y en qué se diferencia del private equity.
En esencia, el venture capital es una modalidad de inversión en la que determinadas entidades, los fondos de capital riesgo, proporcionan financiación a empresas que se encuentran en sus primeras etapas de desarrollo, principalmente start-ups.
Como luego veremos, estos fondos vienen a llenar un vacío, ya que la mayoría de iniciativas innovadoras no tienen fácil acceso a la financiación bancaria tradicional.
Así, no cuentan con un historial de operaciones, activos tangibles o ingresos recurrentes que puedan servir de aval para acceder a préstamos bancarios. Para una entidad financiera tradicional, serían operaciones demasiado arriesgadas.
De ahí, precisamente, el nombre que reciben estos fondos o inversores: venture capital.
La contrapartida está en el enorme potencial de rentabilidad que se puede conseguir con alguna de estas start-ups. Así, los fondos invierten en multitud de compañías, bastando con que una pequeña parte tenga éxito para que compense los demás fracasos.
Al final, gigantes como Google, Facebook, Alibaba, Airbnb o WhatsApp no habrían sido posibles sin la intervención del capital riesgo en alguna fase de su desarrollo.
Aunque no hay una única forma de operar, lo más habitual es que los procesos de inversión/financiación mediante venture capital se desarrollen en 5 fases:
Los fondos de capital riesgo tienen distintas estrategias para encontrar buenas oportunidades de inversión.
Así, ya sea a través del trabajo de investigación de sus propios equipos o por recibir propuestas externas, se trata de identificar empresas con ideas innovadoras, proyectos con potencial y un equipo humano capaz de llevarlos a cabo.
Dependiendo de las características de cada fondo, pueden especializarse en determinados tipos de empresas (de mayor o menor tamaño) o en sectores concretos. Por ejemplo, puede haber iniciativas de venture capital que se centren únicamente en biotecnología, fintech, logística, criptomonedas, etc.
Se denomina due diligence («diligencia debida») al proceso de análisis o auditoría que se hace de una empresa antes de abordar una operación de financiación, adquisición o fusión, entre otras.
Se trata, por tanto, de comprobar todas las cifras del proyecto, analizar en profundidad el modelo de negocio, estimar la capacidad del equipo humano, etc.
Si el resultado de esta investigación es positivo, puede pasarse a la siguiente fase. De lo contrario, se desestima el proyecto.
Este es el momento clave, en el que se firman las condiciones de la operación de financiación y el fondo de venture capital aporta los recursos económicos comprometidos.
Lógicamente, esto se hace a cambio de una participación accionarial en la empresa, que será tanto más importante cuanto mayor sea el aporte o más arriesgada sea la operación.
En la mayoría de casos, los fondos de capital riesgo no solo aportan dinero, sino que también suelen ofrecer algún tipo de mentoría y asesoramiento.
De este modo, aprovechan su experiencia en el sector para acompañar a la nueva empresa en estas fases iniciales de su recorrido. Así, pueden aportarles ideas y apoyo estratégico en tareas de gestión financiera, marketing, establecimiento de nuevos contactos en el sector, etc.
Si el proyecto sale adelante, el objetivo final de los fondos de venture capital es salir de la start-up a través de alguna operación de venta o, incluso, mediante la salida a bolsa a través de una OPV o IPO.
Es en este punto en el que el fondo va a obtener la recompensa que buscaba inicialmente, rentabilizando su inversión.
Como decíamos, dado el riesgo asumido, las rentabilidades de este tipo de operaciones suelen ser también muy grandes.
Aunque existen distintas formas de clasificar el capital riesgo, lo más habitual es hablar de cuatro tipos de venture capital:
Es el que se centra en identificar empresas o proyectos que se encuentren en una fase muy incipiente o embrionaria.
Por tanto, suelen ser proyectos de alto riesgo, dado que puede que todavía no exista ni siquiera un producto mínimo viable (MVP) y, mucho menos, ventas o clientes interesados. Por tanto, queda muy lejos la obtención de ingresos.
Es el que se dirige a start-ups que ya tienen un producto desarrollado y buscan recursos para expandirse, entrar en nuevos mercados o incrementar su base de clientes.
Aquí, el objetivo de los fondos de venture capital es apoyar a empresas en crecimiento que necesitan fondos para escalar operaciones, aumentar su producción o abrirse a nuevos mercados internacionales.
Se trata, por tanto, de hacer crecer a la empresa.
Finalmente, este tipo de capital riesgo se enfoca en adquirir acciones de socios iniciales o fundadores que quieran salir de la empresa.
A continuación, analizamos brevemente las principales ventajas y desventajas que ofrece la financiación mediante venture capital:
Como aspectos más positivos de este sistema de financiación de nuevas empresas, podemos destacar los siguientes:
De entre los inconvenientes que puede tener la intervención de los fondos de capital riesgo, podemos destacar los siguientes:
De todos modos, estas desventajas no disminuyen en nada los enormes beneficios de este tipo de fondos.
En ocasiones, se confunden los términos de venture capital y private equity. Sin embargo, aunque tienen mucho en común, se trata de cosas distintas.
En esta tabla puedes ver las diferencias más importantes:
Venture capital | Private equity | |
Etapa de inversión | Fases iniciales o de crecimiento | Empresas consolidadas o en dificultades |
Nivel de riesgo | Alto | Moderado o bajo |
Participación | Minoritaria | Frecuentemente mayoritaria |
Objetivo | Escalabilidad y crecimiento rápido | Reestructuración o expansión sostenible |
En nuestro país, el ecosistema de capital riesgo está muy lejos de tener la relevancia que tiene en Estados Unidos o, incluso, en otros países europeos.
De todos modos, existen actores muy importantes que desempeñan un papel destacado en nuestro ecosistema de start-ups.
Así, nombres como The Valley Venture Capital, Axon Partners, Seaya Ventures o aceleradoras como Berri Up o Lanzadera (propiedad de Juan Roig), son bien conocidos en el sector.
En definitiva, el venture capital es un actor imprescindible para garantizar la innovación empresarial y acompañar a las start-ups más prometedoras en sus primeros pasos.
Además, desde el punto de vista de los inversores, se trata de una oportunidad para obtener enormes rentabilidades, en línea con la magnitud del riesgo asumido.
Rellena el formulario y nuestros asesores académicos se pondrán en contacto contigo.
Comprobamos el contenido y la veracidad del conocimiento presentado en este artículo a través de nuestro proceso editorial y de verificación de la información para asegurarnos de que sea preciso y confiable.
Copyright All Rights Reserved 2025