Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
16 Jun. 2025
8 min
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Sin lugar a dudas, tener claro qué es el ROI (Return on Investment) y cómo se calcula es de vital importancia para cualquier emprendedor, inversor o empresario que quiera tener éxito financiero en su actividad diaria.
Se trata, así, de una de las métricas más utilizadas en la práctica y una guía imprescindible para evaluar, de forma objetiva, la viabilidad de todo tipo de proyectos.
En pocas palabras, el ROI (Return on Investment o «retorno de la inversión») es un ratio financiero que indica el rendimiento generado por una inversión en relación con su coste.
De forma simplificada y en términos monetarios, el ROI nos diría cuánto dinero hemos ganado por cada 100 euros invertidos.
Así, por ejemplo, un ROI del 7,3% significaría que hemos obtenido 7,30 € por cada 100 € invertidos en el proyecto.
De este modo, calcular el retorno de la inversión nos permite comparar distintos tipos de activos, inversiones o proyectos, expresando de forma numérica y simple cuál de ellos tiene mayor rentabilidad (o potencial de rentabilidad).
Y es que, en un entorno de recursos limitados, siempre es necesario elegir y, por tanto, en todo caso va a haber un coste de oportunidad.
De este modo, el ROI es uno de los ratios financieros más importantes en el día a día de los negocios y la inversión, siendo un concepto de finanzas básicas que debería dominar todo emprendedor o inversor.
La fórmula más sencilla para calcular el ROI es la siguiente:
ROI = (Beneficio o ganancia neta / Inversión realizada) × 100
Para calcular el numerador (beneficio neto), bastaría con restar el importe invertido del valor actual de la inversión.
Como siempre, es más fácil de entender con un sencillo ejemplo:
Imaginemos que invertimos 7.000 € en acciones de la empresa XYZ (1000 acciones por su precio de cotización en ese momento, que, supongamos, es de 7 €).
Al cabo de un año, esas mismas acciones han subido considerablemente y cotizan a 8,50 €. Por tanto, estarán valoradas en: 1000 x 8,50 = 8.500 €.
Por tanto, el ROI se calcularía del modo siguiente:
ROI = [(8500 – 7000) / 7000] × 100 = (1500 / 7000) x 100 = 21,43%
De este modo, habríamos obtenido un retorno del 21,43% sobre nuestra inversión inicial.
Como decíamos, el ROI es una herramienta muy versátil, que puede utilizarse en múltiples contextos. Estos son algunos de los más destacados:
Tal y como veíamos en el ejemplo anterior, el ROI es un ratio financiero que nos permite calcular fácilmente el rendimiento de distintas inversiones.
De este modo, es muy sencillo evaluar cómo ha resultado cada inversión realizada y compararlas entre sí en términos numéricos. Lógicamente, estamos refiriéndonos a un cálculo a posteriori, una vez realizada la inversión y transcurrido el tiempo.
No obstante, también es posible hacer estimaciones con base en el rendimiento histórico de distintas categorías de activos. De todos modos, no dejan de ser escenarios más o menos probables, sin olvidar que (como suele decirse) «rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras».
En la gestión de empresas, el cálculo del ROI se utiliza para comparar distintos proyectos potenciales, o bien para comparar el desempeño de diferentes iniciativas desarrolladas en el pasado (y decidir sobre su continuidad).
En este sentido, el ROI es un ratio íntimamente vinculado con el concepto de coste de oportunidad:
Al haber recursos financieros limitados, es necesario elegir, buscándose aquel proyecto que pueda generar un mayor retorno sobre la inversión realizada.
Veamos ahora cuáles son las principales ventajas y desventajas del ROI como ratio financiero:
Como aspectos positivos, destacarían los siguientes:
Aunque el ROI es una métrica muy útil, presenta varias limitaciones que conviene tomar en consideración en la práctica:
De todos modos, a pesar de estas desventajas o limitaciones, el ROI sigue siendo una magnitud de gran utilidad práctica.
Como puedes comprender, es imposible dar cifras concretas que permitan determinar si un ROI es o no interesante para un determinado proyecto en concreto.
Al final, cada proyecto o cada inversión tienen sus propias características, que no pueden (o no deben) extrapolarse de forma directa.
Lógicamente, a igualdad de condiciones, siempre va a ser preferible un ROI más alto. Y nunca será rentable una inversión con ROI negativo.
A partir de ahí, hay que tener en cuenta muchos otros factores para poder determinar qué ROI consideramos interesante para un proyecto determinado:
En definitiva, aunque el ROI es un ratio financiero de enorme utilidad tanto para empresarios como para inversores, no podemos olvidar sus limitaciones.
De ahí que sea conveniente complementarlo con otros ratios económicos, así como con el análisis de los demás factores que concurren a la hora de estimar si una inversión puede ser o no interesante.
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