Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
4 Feb. 2025
8 min
Finanzas
Si no tienes claro qué es el coste de oportunidad y por qué es un concepto fundamental en economía y finanzas, en este artículo encontrarás todas las respuestas.
Y es que, además, se trata de una cuestión que también puede aplicarse a la vida cotidiana, ya que todas nuestras decisiones suponen elegir entre varias alternativas.
Por tanto, veremos cómo se calcula esta magnitud, ejemplos concretos de su aplicación y, finalmente, algunas de sus limitaciones más importantes.
En esencia, podemos definir el coste de oportunidad como el valor que tiene la mejor alternativa no elegida, cuando tomamos una decisión.
Aunque es un concepto sencillo, puede resultar un poco confuso en un primer acercamiento.
Veamos un sencillo ejemplo, para entenderlo mejor:
Imagina que dispones de 1.000 € para invertir en acciones de la bolsa española, estando interesado en el sector bancario.
Dado que no es una cuantía muy alta, prefieres invertir en una única empresa, para no pagar demasiadas comisiones. Por tanto, te planteas dos opciones: Santander o BBVA.
Eliges Santander y decides mantener tu inversión durante un año.
Al cabo del año, compruebas que las acciones de Santander subieron un 5% respecto del momento de compra. En el caso de las de BBVA, subieron un 7%.
Por tanto, el coste de oportunidad de haber invertido en acciones de Santander, sería esa diferencia de rentabilidad. Basta un sencillo cálculo para cuantificarlo:
1.000 x (7% – 5%) = 20 €
Lógicamente, esto era imposible de predecir, de ahí una de las mayores limitaciones de esta magnitud económica, como luego veremos.
Se atribuye a Frederich von Wieser (1851-1926), de la Escuela Austríaca, la creación de este concepto. Así, este autor definía el coste de oportunidad como el ingreso neto generado por el factor de producción en su mejor uso alternativo.
Por tanto, se trata de una herramienta clave para evaluar la eficiencia y racionalidad en la asignación de recursos escasos.
De una forma más general, y mucho tiempo después, Samuelson (en el espectro económico opuesto) dijo que «la toma de decisiones en un mundo de escasez implica renunciar al resto de opciones, lo que supone el sacrificio de hacer otra cosa. Esa opción a la que se renuncia se denomina coste de oportunidad».
Cuando existen diferentes opciones en un entorno de recursos limitados, analizar el coste de oportunidad nos sirve para:
Fundamentalmente, podemos utilizar el coste de oportunidad en la toma de decisiones de tres grandes ámbitos:
Veamos cómo se puede aplicar en cada uno de ellos:
Como veíamos en el ejemplo anterior, el dinero es uno de los bienes escasos por excelencia.
Por tanto, a la hora de tomar una decisión de inversión, tendremos que renunciar a una infinidad de opciones, para quedarnos con una sola.
Por ejemplo: ¿invierto en renta fija o en renta variable? Si invierto en renta variable, ¿lo hago en la bolsa española o estadounidense? Si invierto en Estados Unidos, ¿qué empresa elijo? Etc.
Cada una de las decisiones implica renunciar a las demás alternativas.
Sin embargo, siempre tenemos la opción de maximizar nuestra diversificación si invertimos en productos como fondos de inversión, fondos indexados o ETFs. Esto nos ayuda a disminuir el coste de oportunidad y, simultáneamente, nos permite un mejor control de riesgos.
Piensa, por ejemplo, que con una sola participación en un fondo indexado al S&P 500 estarás invirtiendo en las 500 mejores empresas de Estados Unidos.
La empresa es el ámbito típico en el que se aplica el concepto de coste de oportunidad. En último término, cada decisión empresarial conlleva la renuncia a un número n de posibles alternativas.
De este modo, dada la escasez de recursos, es imprescindible priorizar aquellos usos que tengan mayor rentabilidad potencial.
Por ejemplo:
Al ser imposible perseguir todas las opciones simultáneamente, es necesario elegir, con el consiguiente coste de oportunidad.
Nuestra vida cotidiana también conlleva la toma de decisiones entre distintas alternativas. Al disponer de recursos finitos (fundamentalmente, tiempo, energía y dinero), nos vemos obligados a elegir.
Por ejemplo:
Cada elección implica la renuncia a otra u otras vías de acción alternativas. Y, en último término, esto será lo que configure un camino vital único e irrepetible.
Aunque ya lo hemos visto brevemente en el primer apartado, la fórmula básica para calcular el coste de oportunidad es la siguiente:
Coste de oportunidad = Beneficio de la opción no elegida – Beneficio de la opción elegida
Siguiendo con el ejemplo de la bolsa española, tendríamos lo siguiente:
Coste de oportunidad = Rentabilidad de la inversión en BBVA – Rentabilidad de la inversión en Santander
Por tanto:
Coste de oportunidad = 1.070 – 1.050 = 20 €
Como hemos visto, el concepto de coste de oportunidad es muy útil en distintos ámbitos, desde las finanzas hasta el mundo empresarial.
Así, al proporcionarnos una medida objetiva del coste de nuestras decisiones, es una herramienta de indudable valor para guiar cualquier proceso de elección.
Sin embargo, no siempre nos va a proporcionar una visión completa y 100% válida. De este modo, nos encontramos con dos limitaciones principales:
En cualquier caso, sigue siendo una herramienta de gran utilidad en muchos supuestos de la práctica empresarial, financiera o, incluso, de la vida personal.
En definitiva, una vez aclarado qué es el coste de oportunidad, puedes comprender perfectamente por qué se trata de un concepto central en la teoría económica y, al mismo tiempo, una herramienta práctica de uso cotidiano.
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