Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
6 Feb. 2024
7 min
Finanzas
Mercado
Si no tienes claro quién financia a una empresa, cuáles son las distintas fuentes de financiación disponibles y en qué se diferencian en la práctica, aquí encontrarás todas las respuestas.
Sin duda, es un aspecto clave para el buen funcionamiento y la supervivencia futura de cualquier compañía.
Saber quién financia a una empresa nos da mucha información sobre la salud financiera y la estructura de capital de la compañía.
Así, nos permite conocer el tipo y volumen de endeudamiento que posee, las reservas que es capaz de generar a lo largo del tiempo y la distribución de sus acciones.
De este modo, podremos evaluar la viabilidad del negocio y, en última instancia, apreciar si (potencialmente) se trata de una buena o mala inversión.
Aunque existen distintos criterios para analizar quién financia a una empresa, en este artículo vamos a distinguir tres grandes tipos de financiación: reservas, capital y endeudamiento.
Veamos en qué consiste cada una de estas tipologías:
Las reservas son, simplemente, beneficios generados por la empresa, pero que no se distribuyen entre los socios o accionistas.
De este modo, se utilizan para reforzar su patrimonio y, eventualmente, destinarlas a diversas inversiones.
Por tanto, se trata de una forma de financiación propia que puede fortalecer la salud financiera de la compañía.
Aunque no sea el mismo caso, podemos mencionar aquí también la financiación mediante subvenciones.
Como sabes, se trata de aportaciones dinerarias realizadas por una administración pública, generalmente sin obligación de ser devueltas. Suelen concederse a través de un procedimiento de concurrencia competitiva, siempre que se cumplan determinadas condiciones o requisitos establecidos en las bases.
En este segundo grupo, nos referimos a la financiación empresarial que se realiza mediante ampliaciones de capital.
Así, se trata de emitir nuevas acciones de la compañía, que serán adquiridas por individuos o entidades que pasan a ser copropietarios de la empresa, de forma proporcional a su aportación.
En muchos casos, esto supone que los nuevos socios pasan a tener derechos de voto en las juntas de accionistas, pudiendo influir en la gestión de la empresa.
A diferencia del endeudamiento, la financiación que se realiza emitiendo nuevas acciones no supone ninguna obligación de devolver el importe aportado. Solo si se decide repartir dividendos, se producirá una salida dineraria hacia los socios.
Un caso particular de este tipo de financiación son las empresas de capital riesgo o los business angels que aportan fondos a compañías de reciente creación o en procesos de expansión, a cambio de participar en su capital.
Este tercer bloque de recursos es una de las formas más conocidas de financiación empresarial. Así, algunas de las opciones que podemos encontrarnos en este bloque son las siguientes:
Como sabes, aunque similares, estos dos instrumentos de financiación empresarial son ligeramente distintos:
En ambos casos, se trata de deudas en las que debe devolverse el principal más los intereses devengados.
En el ámbito empresarial, es habitual que las facturas de los proveedores no se abonen al contado, sino a 30, 60 o 90 días.
En la práctica, esto supone contar con una especie de crédito comercial, en tanto no se efectúa el pago de las facturas adeudadas.
Por tanto, esos recursos (que en realidad pertenecen a los proveedores) permanecen en poder de la empresa mientras no vence el plazo de pago acordado en cada caso.
Esta es una fuente de financiación empresarial similar a la anterior, en el sentido de que se puede disponer de recursos que (en este caso y a nivel conceptual) todavía no «son» de la compañía.
Así, no es infrecuente que algunos clientes anticipen, parcial o totalmente, el pago de los productos o servicios que se les van a proporcionar.
Esto supone poder contar con unos recursos financieros antes de que se hagan efectivos los servicios o suministros que los han generado.
Se trata de operaciones de endeudamiento en las que se recibe un determinado bien (habitualmente, un vehículo o una máquina) y se va pagando mediante cuotas periódicas.
Habitualmente, la empresa puede ejercitar una opción de compra a la finalización del contrato.
Las empresas pueden emitir este tipo de títulos de deuda para obtener financiación en el mercado. La gran diferencia entre ambos títulos radica en el plazo:
A cambio de su aportación dineraria, los titulares de bonos y obligaciones recibirán un rendimiento predeterminado, ya sea al vencimiento o periódicamente.
Aunque son similares, estos dos instrumentos para financiar colectivamente a una empresa o proyecto presentan ciertas diferencias:
Aunque no son formas de financiación tradicionales en el ámbito empresarial, cada vez nos encontramos con más ejemplos de este tipo.
Estas dos formas de financiar a una empresa consisten en lo siguiente:
Ahora que hemos visto quién financia a una empresa, seguro que podrás comprender mejor el funcionamiento interno de las compañías y las distintas implicaciones prácticas de cada fuente de financiación. ¿Te animas a formarte en finanzas para saber más sobre el tema?
Rellena el formulario y nuestros asesores académicos se pondrán en contacto contigo.
Comprobamos el contenido y la veracidad del conocimiento presentado en este artículo a través de nuestro proceso editorial y de verificación de la información para asegurarnos de que sea preciso y confiable.
Copyright All Rights Reserved 2024