Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
Carlos Santiso Pombo
Redactado por
Rubén Vizcaíno Pena
23 Feb. 2024
7 min
Economía
Es habitual que las noticias acerca de la inflación en España abran los informativos en televisión y ocupen portadas en los periódicos.
Pero ¿cuáles son realmente sus implicaciones en la práctica? ¿Por qué tiene tanta incidencia en el ahorro? ¿Hay formas de protegerse de la inflación?
Lo analizamos en detalle en este artículo.
Podemos definir la inflación como el aumento sostenido y generalizado de los precios de bienes y servicios en una economía, durante un período de tiempo determinado.
En la práctica, supone una pérdida de valor del dinero.
Así, por ejemplo, si antes comprabas un determinado producto por 100 €, años más tarde te costará 100 + X € (siendo exactamente el mismo producto).
Técnicamente, la inflación suele expresarse como un porcentaje.
En España, el indicador oficial de la tasa de inflación más conocido es el IPC o Índice de Precios al Consumo.
En nuestro país, los datos de inflación oficiales (el famoso IPC) se elaboran y publican por el organismo oficial encargado de la estadística pública: el INE o Instituto Nacional de Estadística.
En la Unión Europea, Eurostat es la entidad que se encarga de estas estadísticas.
En el caso de los Estados Unidos, los datos oficiales de inflación son publicados por el Bureau of Labor Statistics.
Según indica la web oficial del INE, el Índice de Precios al Consumo o IPC es «una medida estadística de la evolución de los precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España».
Actualmente, se recogen las variaciones de precios de un total de 955 productos, distribuidos en las siguientes 12 categorías:
Para recopilar todos estos precios, se utiliza una combinación de metodologías, incluyendo las tradicionales visitas presenciales a establecimientos, así como el web scrapping, la recogida informatizada y el scanner data.
La precisión de estos cálculos estadísticos es muy relevante, ya que los datos del IPC se utilizan como referencia para muchas finalidades, como por ejemplo:
Tradicionalmente, puede decirse que España ha tenido una inflación superior a la de los países de su entorno, al menos en muchas etapas de su historia.
En este gráfico puedes ver la evolución de la inflación en España desde 1960 hasta la actualidad:
Como puedes ver, en muy pocos momentos de la historia de nuestro país (todos ellos en épocas muy recientes), la inflación ha sido negativa (deflación).
Aunque podría pensarse lo contrario, la deflación tampoco es una situación deseable.
Así, en épocas de bajadas generalizadas de los precios, los consumidores pueden retrasar compras, ya que esperan a ver precios todavía más bajos. Esto incide negativamente en el dinamismo de la economía.
Para estadísticas más detalladas y en constante actualización, puedes visitar la página web oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), como veíamos más arriba.
La inflación en España no solo afecta a los consumidores en la cesta de la compra. Sin duda, es un gran enemigo del ahorrador.
Así, cualquier importe que mantengas en efectivo o equivalente (por ejemplo, en depósitos bancarios) sufrirá los efectos de la inflación. De este modo:
De este modo, en un entorno inflacionario, el poder adquisitivo de tus ahorros se irá reduciendo con el tiempo, salvo que los hayas invertido en algún producto cuya rentabilidad supere a la tasa de inflación.
A continuación, analizamos algunas opciones interesantes.
En términos generales e históricamente, ha habido ciertas categorías de activos cuyas rentabilidades medias casi siempre lograban superar la tasa de inflación. Aquí es fundamental señalar la importancia de una buena formación en finanzas que te permita reducir el riesgo en tus decisiones de inversión.
Por tanto, pueden ser una magnífica solución para no solo mantener, sino incrementar el valor de tu patrimonio con el paso del tiempo.
Veamos algunas de las más interesantes:
Efectivamente, la inversión en bolsa casi siempre ofrece una rentabilidad media superior a la tasa de inflación, siempre que hablemos de inversión a largo plazo.
En este sentido, adquirir un buen fondo de inversión o ETF indexado suele ser la mejor opción para la mayoría de inversores particulares, ya que estos productos permiten invertir en un conjunto muy amplio de empresas de forma extremadamente sencilla y barata.
Así, por ejemplo, los fondos indexados al S&P 500 invierten en las 500 compañías más importantes de la bolsa estadounidense. Históricamente, su rentabilidad se sitúa en torno al 9,81% anual, por lo que bate sobradamente a la inflación.
Los inmuebles también suelen apreciarse por encima del incremento general de precios en España. En consecuencia, pueden ser un buen refugio para los inversores en épocas inflacionarias.
Si no puedes o no quieres invertir directamente en inmuebles, puedes también hacerlo a través de un fondo o ETF sectorial, además de en productos como REITs o SOCIMIs.
De todos modos, recuerda que este tipo de activos pueden verse afectados por peligrosas «burbujas».
El oro ha sido tradicionalmente un «valor refugio» en épocas de crisis y también se ha utilizado como protección frente a la inflación.
Aunque, quizás, no sea la opción más rentable a largo plazo, puede ocupar un pequeño lugar dentro de una cartera bien diversificada.
Indudablemente, su mayor valor es la estabilidad que proporciona a largo plazo y el hecho de comportarse de forma bastante descorrelacionada respecto de otras categorías de activos.
Las materias primas también suelen incrementar su valor en épocas inflacionarias. De hecho, los incrementos de precios en estos activos se trasladan, posteriormente, a los productos elaborados.
Por tanto, puede ser interesante destinar parte de la cartera a invertir en algún fondo o ETF especializado en materias primas: petróleo, productos agrícolas, metales, etc.
Los TIPS (Treasury Inflation-Protected Securities) o bonos ligados a la inflación pueden también proteger parte de tu patrimonio en épocas inflacionarias.
Así, se trata de productos de renta fija que, además del cupón o interés pactado, corrigen los efectos de la inflación durante su período de vigencia. De este modo, el principal invertido se actualiza sin que pierda valor al vencimiento.
En definitiva, con una cartera de inversión bien diversificada y enfocada en el largo plazo, no deberías tener problemas para superar la tasa inflación en España.
Sin duda, invertir es el mejor antídoto para evitar la pérdida de valor de tus ahorros y hacerlos crecer con el paso del tiempo.
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